TÍTULO:
BAJO LA LUZ DE TUS OJOS
AUTOR:
Juani Hernández Martínez
GéNERO:
Romántico/erótico
PUNTO
DE VENTA: Amazon
FECHA
DE PUBLICACIÓN: 24/06/2016
SINOPSIS:
"Haré que su corazón sangre por mí..." Con esas
palabras, Aglaya sentenció el destino de Teuthras; una apuesta que la retaba a
conquistar el cuerpo y el corazón de aquel hombre con el único fin de alimentar
su vanidad femenina. La joven lo consideraba una empresa fácil, no en vano era
una sacerdotisa de la diosa Afrodita, y no una cualquiera. Aglaya era una de
las tres Cárites, y no solo contaba con el favor de la deidad, sino que era la
predilección de los fieles que acudían al templo a reclamar sus servicios y su
cuerpo para dedicar sus ofrendas a la diosa, protectora de la ciudad. Aglaya se
sabía hermosa, deseada por los hombres... y ganadora de aquel reto. Sin
embargo, quiso el destino que Teuthras resultase ser el único hombre que jamás
caería bajo el embrujo de la belleza y la sensualidad de la sacerdotisa. Y así,
lo que empezó como un simple juego se convirtió en un verdadero desafío, no
solo para Aglaya, para ambos, y que cambiaría el rumbo de sus vidas de forma
inexorable y para siempre. Bajo la luz de tus ojos... Una historia llena de
erotismo, pasión y un amor capaz de quebrar las barreras de cualquier designio,
mortal o divino.
MI OPINION PERSONAL:
¡¡¡¡Por
todos los dioses del Olimpo!!!! ¡¡¡¡Pero qué pedazo de historia nos trae esta vez Juani Hernández!!!!
Vaya cambio en su manera de escribir por un lado, y vaya manera de dejarnos su
huella, su sello personal a medida que transcurre la trama, por otro.
Dicen que
hay que renovarse o morir y, desde luego, Juani Hernández ha sabido hacerlo de
una manera magistral, mágica, adictiva y sorprendente en una historia donde los
dioses y los hombres, donde los seres mortales e inmortales, se entremezclan
para crear algo muy bonito, digno de leer y digno también de esta autora, que
pienso que se ha superado a sí misma.
Puede que
algunos seres protagonistas de esa mitología griega no se ajusten a los cánones
que en su día alguien creó, pero ¿qué más da? Al fin y cabo todo es ficción y
aquí se trata de crear algo mágico y eterno…, nunca mejor dicho.
Desde que
Juani publicó Mi Corazón en tus manos, primer
libro de la Saga de los Lagos, y uno de mis
preferidos, ha llovido mucho y bueno para ella, pero no se puede decir que nada
tenga que ver la Juani de aquel entonces con esta porque, como digo, en cada
letra, en cada palabra, en cada frase va impreso su sello, su esencia; pero, al
mismo tiempo, la evolución desde esta primera novela a Bajo
la luz de tus ojos es sorprendente y acertada.
Es la
primera historia de esta autora en donde lo erótico está muy presente, por ese
motivo la narración está cargada de mucho sexo, pero es que la misma historia
lo pide, no en vano hablamos de unas Cárites, sacerdotisas preferidas de
Afrodita, las cuales tienen como misión dar placer a unos fieles cuya intención
es hacer una ofrenda a la diosa del amor y del deseo.
Estos
momentos eróticos, lejos de ser groseros o chabacanos, están escritos con mucho
estilo y elegancia, creando algo bonito, algo sublime en donde el amor tiene un
papel protagonista y esencial, porque el amor es el motor que mueve toda la
historia a pesar de que en un principio parezca que no es así.
El lugar de
los dioses es el Olimpo, el de los seres humanos la Tierra, pero… ¿Qué hay de
malo en que algunas veces los dioses bajen a la Tierra para meterse en la vida
de los mortales, para manejarlos de algún modo, con el fin de que estos lleven
sus vidas por el buen o mal camino?… ¿O no?
Cierto es
que durante la celebración de las Afrosidias, los fieles llegaban hasta el
templo de esta diosa que simboliza sin lugar a dudar no solo el erotismo o el
placer, sino el amor en estado puro, para hacer peticiones a cambio de algo, una
ofrenda a la altura de esta diosa. ¿Qué hay de malo que ella aproveche el
momento para mover los hilos de unos mortales que han equivocado su camino o
bien para enderezar algo que, por diversos motivos y razones, está mal hecho?
Los mortales
no son seres perfectos, son humanos y, como humanos, tienen muchos defectos,
ente ellos, la vanidad, la soberbia, la codicia, el orgullo desmedido… ¿Qué hay
de malo en que los dioses intervengan de vez en cuando para hacerles poner los
pies… en La Tierra? ¿O puede tal vez que no lo hagan, que solo les observen
para ver cómo nos las apañamos nosotros solitos? Que hay veces que nos las
apañamos muy bien…, pero hay otras en que no, momentos en que liamos tanto los
hilos de nuestros destinos que puede que ni siquiera lo dioses sean capaces de
encontrar el principio y el final de ese entramado, para enderezarlo de algún
modo.
Pero lo que sí es cierto es que desde el
Olimpo, ellos observan atentamente todo lo que los mortales hacen o dejan de
hacer, cada error, cada fracaso, cada momento de dolor, cada sacrificio; y no
solo les observan, también puede que les juzguen y, como si de una partida de
ajedrez se tratase, tomen partido por unos o por otros.
Nuestros
protagonistas principales son humanos, imperfectamente humanos, con todas las
virtudes y defectos del ser humano, entre los que se encuentran la vanidad,
soberbia, codicia, el orgullo. Puede que alguno de nuestros personajes tenga
que tragarse esa soberbia, esa vanidad, humillarse hasta el punto de dar ese salto de
fe necesario para redimirse, para tener más humildad, para hacer creíble lo
increíble o posible lo imposible; otros, sin embargo, tendrán que tragarse ese orgullo que los pierde de una manera
total, dando también ese salto de fe imprescindible… Eso entre otras cosas,
porque cierto es que los momentos que a veces nos toca vivir, sean buenos o
malos, minan nuestra moral y nos moldean para bien o para mal.
Hay
momentos, la mayoría de ellos, en los que es necesario dejar el pasado atrás, liberarnos, apartándolo a un lado, quedándonos
con lo positivo, si es que lo hay…, y vivir.
Porque si no lo hacemos pasamos de ser protagonistas de nuestra propia historia
a antagonistas de ella, destrozando de paso las vidas de aquellos que están
alrededor. Esto es, ni más ni menos, lo que sucede con nuestros protagonistas.
Cada paso que damos en el camino que escogemos es una elección de vida, hay
elecciones acertadas, otras equivocadas, la cuestión es saber reconocer a
tiempo nuestros errores y enmendarlos… o no hacerlo, salir del camino correcto
y seguir a nuestros más bajos instintos. Cuando todo esto se da, surgen los
héroes de una historia o los antagonistas de la misma, los antihéroes que
plantan cara al héroe. No voy a desvelar aquí quiénes son estos antihéroes
porque es algo que tendréis que ir descubriendo por vosotras mismas mientras
leéis esta maravillosa historia.
Vamos poco
a poco con los personajes. Empezaremos por los mortales, y en concreto, por Aglaya.
Aglaya es
una Cárite, una de las sacerdotisas preferidas de Afrodita. De todos es sabido
que las Cárites eran mujeres muy hermosas, codiciadas y deseadas por todos
aquellos que con el fin (o quizás la excusa) de hacer una ofrenda a la diosa,
demandaban el placer de sus cuerpos. Lejos de ser algo vergonzoso para las
Cárites, esto era un tremendo y gran honor que crecía a medida que la
sacerdotisa en cuestión era más demandada por los hombres que sus otras
compañeras. Pero este gran honor también tiene en la historia su lado negativo,
y es el hecho de que nuestra protagonista tiene un ego muy acentuado, una
vanidad tremenda, un inmenso orgullo, aunque en el fondo es una buena persona.
Aglaya se
enorgullece de ser lo que es. En ningún momento desea el mal de nadie, tal y
como se demuestra en algunos pasajes del libro, tiene un fondo bueno y
generoso, aunque al principio puede que ella no sea consciente de eso… o del
daño que puede llegar a causar con sus actitudes, sus gestos, sus arrebatos…,
su orgullo y su vanidad. Debido a todo
esto puede, solo digo puede, que al final de la historia se exija de ella algo,
un gesto, una actitud, un sacrificio que demuestre un amor que quizás se haya
visto amenazado o puesto a prueba. Porque puede que también suceda algo que
ponga a prueba ese amor que ella dice sentir.
El
personaje de Aglaya se presenta como alguien que va a dar un juego enorme en la
historia, no en vano es la protagonista de la misma. Al ser una Cárite, de
humildad no tiene nada, al revés, es de lo que carece, piensa que todos van a
caer rendidos a sus pies en cuanto la vean, de hecho así es. Es esa misma
vanidad, ese mismo orgullo la que la lleva a aceptar un reto, una apuesta propuesta
por Eufrosine, otra Cárite tan vanidosa y orgullosa como ella. Aglaya está
segura de ganar, ¿quién se va a resistir a su belleza? Por eso, cuando se topa con el primer
obstáculo su reacción primera es de perplejidad, una perplejidad que poco a
poco irá cediendo; dando paso primero a la ira, al sentirse manipulada. Esta
ira pronto deja el camino abierto a la vanidad, pura y simple vanidad, y a una firme
determinación de ganar, de salir airosa de tan difícil reto.
Por todas estas razones es un personaje
interesante, muy interesante, tan interesante como la evolución que se adivina
sufrirá a lo largo de la historia. Así que os animo a ver cómo a lo largo de la narración esa vanidad va cediendo paso a la humildad, al
sacrificio como un acto de fe o de amor, algo que puede ser determinante para la consecución de
un fin, o para la intervención del destino, el azar… O puede, por otro lado,
que el personaje no evoluciones para nada, que se quede como es, orgullosa y
veleidosa, lujuriosa, sin una pizca de humildad, o puede que al final tenga que
pasar algo para que nos creamos ese amor que todas deseamos termine sintiendo,
porque al fin y al cabo es una historia de amor… ¿O no?
Junto a
Aglaya están otros tres personajes de mucho peso en la historia. Dos de ellas
son compañeras, otras dos Cárites como ella que, además, son amigas y tienen una
relación muy estrecha. Entre ellas se cubren, se apoyan, se comprenden…
Una de
ellas es Eufrosine, a la cual ya he nombrado más arriba, a la que a todos esos sentimientos de vanidad,
orgullo y codicia de Aglaya habría que añadir algo, algo que puede que juegue a
su favor… o en su contra.
El
caso es que hay un reto de por medio propuesto por Eufrosine, un reto que puede
que tenga un fin determinado, una misión, un reto que las implica a las dos, una
apuesta en donde todo se reduce a ganar o perder. Aglaya no es de las que estén acostumbradas a
perder, pero tampoco Eufrosine, para quien la victoria parece ser algo muy
importante… ¿o puede que no?, puede que solo sea pura diversión, puede que para
ambas sea muy divertido ver cómo un pobre mortal, que nada tiene que ver con
ellas y aparentemente nada les ha hecho, sufre por amor. Si esto es así,
¿aceptarán ambas las consecuencias que conlleve ese proceder tan frívolo?
Como ya he
dicho, Eufrosine es vanidosa, coqueta, superflua…, ambas lo son…, o eso dan a
entender por lo menos… Puede que sí lo sean, o puede que al final vayamos
descubriendo unos personajes que quizás nos horroricen o nos enternezcan; unos
personajes a los cuales llegaremos sin
remisión a amar o a odiar, que nos
enfaden o produzcan en nosotros ese sentimiento de empatía que nos obliguen a tomar
partido, haciéndonos con ello partícipes de la historia.
Junto a las
dos está la tercera Cárite, Talia; un personaje con las mismas características
de ambas, pero tal vez menos acentuadas. Es alguien que puede llegar a tener
bastante peso en la historia cuando la amistad pueda llegar a convertirse en
algo imprescindible y esencial, alguien que quizás pueda llegar a darnos… alguna
sorpresa.
Ella es la
amiga que todos quisiéramos tener, la que espera en la sombra dispuesta a
tendernos esa mano amiga que todo mortal necesita de vez en cuando, sobre todo
después de haber actuado de manera errónea o equivocada. Esa amiga en la sombra
con la que siempre puedes contar, que te ayuda y apoya… sin juzgarte.
Vamos con Teuthras.
Al principio de la historia puede que pensemos que estamos ante un personaje
más, de esos que tienen un pasado tan horrible que les impide ver el presente,
pensar en el futuro y amar con todas las consecuencias que ese sentimiento tan
profundo trae consigo. Es un personaje muy complicado, al que se tiene que ir
descubriendo conforme avanza la narración. Las razones de su proceder, a veces,
son obvias y comprensibles, otras veces hemos de esperar a que sea él mismo
quien nos lo cuente. ¿Puede que su proceder provenga de que él ya sintió o creyó
sentir el amor, un amor no correspondido o fallido…? ¿Es por eso que está
resentido con todo el género femenino?, ¿o puede que simplemente haya adivinado
desde el principio quién es y qué quiere Aglaya y no esté dispuesto a ceder?
Como he
dicho, es un personaje muy complicado, a
medida que vamos conociendo a Teuthras
nos damos cuenta de que es muy profundo,
que detrás de él hay algo más que un simple pasado turbio, que es un personaje
fuerte, orgulloso, vencido por algo que
no acertaremos a comprender hasta que no leamos el libro y veamos de qué se
trata, de algo que le impide amar porque
puede que él lo vea así y lo crea de esa manera, una barrera, un obstáculo para él insalvable,
sobre todo para la sociedad y la época en la que está centrada la historia.
Pero
diversos aspectos de su pasado también lo coartan, sucesos que pueden llegar a resultarnos muy impactantes.
Una práctica normal en aquella época, pero inadmisible quizás para nuestro
momento actual, a pesar de los siglos pasados.
Teuthras es
un solitario. Él no ha elegido esa soledad, pero en cierto modo se la ha
autoimpuesto. Solo tiene a su perro, Mohl,
como compañía y he de decir que a veces la compañía de este fiel animal es
muy importante. Para él es algo más que una mascota, es un amigo, alguien tan
importante para él que es el primero en quien piensa a la hora de tomar... o no
tomar… ciertas decisiones obligado por las circunstancias.
Pero al
mismo tiempo es un ser orgulloso, y es ese mismo orgullo el que lo hace
tropezarse una y otra vez contra una Aglaya que es igual de orgullosa,
obstinada y terca que él. Teuthras no
entiende qué le está pasando con la muchacha, a la que dedica un mote entre
cariñoso y despreciativo, dependiendo del momento. Como digo, no entiende el
sentimiento que lo embarga porque tal vez, a pesar de que él piensa que sí,
nunca lo sintió; o tal vez porque esa cabezonería que exhibe, ese orgullo lo
lleva a negarse una y otra vez a sí mismo, llegando incluso a ser cruel.
Es el
típico personaje al que quizás le cueste caer, que no sabe ver dentro de sí
mismo y dentro de las actitudes de los demás, que da lo evidente por sentado
sin detenerse a pensar en nada más. Es
el típico personaje que cuando cae, cae del todo, con todas sus consecuencias,
pero puede entonces que su capacidad de reacción no sea del todo efectiva…, o
que llegue demasiado tarde a enmendar lo hecho, puede que ni los dioses sean
capaces de ayudarlo… O puede también que estos dioses caprichosos no estén
dispuestos a ello.
Mención
especial requiere el antiguo compañero de Teuthras, Phileas, un hombre que
aparece de improviso dando la impresión de que va a ser un personaje de paso
en la historia. Bien, pues puede que sea
simplemente eso o puede que su papel evolucione hasta convertirse en algo… esencial
para alcanzar el deseado final…, o puede que no… Para averiguarlo solo tenéis
que leer.
También
quisiera mencionar a Mohl, su perro.
Dicen que los perros suelen ser los mejores amigos del hombre, tus mejores
mascotas, aquellas que nunca te abandonan pase lo que pase y pese al
comportamiento que el dueño tenga, tanto para con ellos como para con los
demás. Realmente, el perro es un personaje importante en la historia, alguien
que quizás vea en Aglaya y Teuthras lo que ellos mismos son… incapaces de ver.
Un personaje más humano incluso que los propios humanos de los cuales depende.
Un personaje que a veces pareciera que hablase.
Junto a
todos ellos aparecen otros personajes, mortales, por supuesto, de poco peso en
la historia, que solo están ahí para cumplir una labor concreta y nada más,
pero que pueden ser dignos de mención en tanto en cuanto puede que en algún
momento interactúen de alguna manera con nuestros personajes. Me refiero a
Athan, al que veréis en acción cuando toque.
Vamos con
los dioses de la historia. Empecemos por Afrodita.
Todas
sabemos ya quién es Afrodita, ¿o no? En cualquier caso, os diré que en la
mitología griega es la diosa del amor, del deseo, la belleza y la reproducción.
Todas la conocemos como la diosa del amor por excelencia. Tal y como Juani nos
señala en el libro. En la mitología griega, Afrodita también aparece casada con
Hefesto, dios del Fuego y de la Fragua, del cual hablaré más abajo.
Como toda buena diosa que se precie, Afrodita
es vanidosa, caprichosa, orgullosa, veleidosa y un tanto…, digamos, que traviesa.
De entre todas sus sacerdotisas está claro que tiene a sus preferidas, y entre
estas también tiene a su favorita entre favoritas, pero hasta aquí os puedo
contar. Es un personaje que da mucho juego, ya que será capaz de despertar en
nosotros unos sentimientos muy humanos y poco dignos de una diosa, unos
sentimientos que tal vez ella llegue a sentir.
Digo que no
puedo contaros más porque el personaje que Juani ha creado de esta diosa se
tiene que ir descubriendo poco a poco, sin prisas, saboreándolo y haciéndonos
nuestra propia composición del lugar, al tiempo que nos formamos nuestra
opinión sobre ella. Solo deciros que a Afrodita se le hacían ofrendas y peticiones
muy variadas, sobre todo durante la celebración de las Afrodisias, y si el mortal que hacía la petición ofrecía
algo que pudiera ser considerado digno de la diosa, esta no tenía más remedio
que conceder el deseo. Así que con este planteamiento y llegados a este punto,
solo queda preguntar, ¿es Afrodita digna diosa del amor?, ¿es capaz de sentir el mismo amor y afecto por
los demás como los demás parecen sentir por ella?, ¿es capaz de sentir amor por otra deidad o
mortal?, ¿puede en algún momento una diosa deseada y admirada por todos, sufrir
por amor como una simple mortal? Es importante este concepto, ya que puede ser
que los dioses y los mortales tengan algo en común y este algo puede ser su
capacidad de amar, pero también la capacidad de odiar o de sufrir por ese amor.
Vamos con
Hefesto. Como he dicho antes, Hefesto es el dios del Fuego y de la Fragua.
Casado con Afrodita, es famoso en la mitología griega por forjar a esta diosa
las más bellas y espléndidas joyas. La mitología griega también nos lo describe
como un dios deforme, objeto del desprecio de su madre Hera por esta causa,
pero… ¿cómo será en la historia que Juani nos cuenta? Ya he dicho arriba que
Juani se permite ciertas licencias que, a mi modo de ver, enriquecen la
narración porque puede que humanicen al inmortal. Por tanto, hay que verlas
desde el punto de vista de esta historia en concreto, ya que fueron creadas por
y para ella.
En cualquier caso y, sea como sea, ambos
dioses bajan de sus alturas para entremezclarse con la vida y la historia de
unos humanos que andan muy, muy perdidos. Su intervención puede ser decisiva,
la cuestión es: ¿será para bien, o será para mal?, porque de todos es sabido
que los dioses son caprichosos y que a veces juegan con el destino de los
mortales a su antojo, sin saber el daño o perjuicio que puedan estarles
causando. Pero también los mortales son capaces de decidir sin tener derecho a
ello, solo actuando por venganza o envidia sobre este destino, condenando al
humano en cuestión a una vida de ostracismo no merecida.
No solo son
Hefesto y Afrodita los únicos dioses que van a aparecer en la historia, hay
más; no concreto cuántos más ni quiénes son, pero sí os digo que puede que su
intervención divina sea decisiva e importante para deshacer un entuerto creado
por los humanos tan enorme que puede que ni los mismos dioses sean capaces de
solucionar.
Por último,
quiero hablar de un protagonista que, aunque intangible, está presente en toda
la narración. Podemos llamarlo azar, podemos llamarlo destino caprichoso,
podemos llamarlo… Sea como sea es algo que ni los mismos dioses quizás
controlen, o quizás sean ellos los que muevan los hilos de ese azar o destino
caprichoso, ¿quién sabe? Pero si hay algo que no se puede domar o dominar es
esa fuerza poderosa, mágica e intangible llamado amor, algo de lo que no
escapan los humanos, pero tampoco las deidades, un sentimiento ante el cual
ellos mismos se rinden, propiciando quizás su final feliz o trágico. Algo que
en un momento determinado puede llegar a convertirse en un odio tan profundo
que es posible que mate a la verdadera esencia del ser humano…, ¿o quizás esa
esencia maligna ya estaba ahí a la espera de que la despertaran?, ¿puede un
hecho o un momento concreto, una manera de actuar, despertar un odio tan
profundo como el amor que se pueda llegar a sentir?
No
quisiera terminar esta reseña sin llamar la atención sobre frases contundentes
y con mucha fuerza que, pronunciadas en varios pasajes o momentos del libro,
pueden llegar a resumir la esencia misma de la historia. Sobre todo, me
gustaría señalar dos: una, puesta por la autora en boca de Hefesto y, otra, en boca
de Afrodita. No os digo qué frases, simplemente os pido que las busquéis y
saquéis vuestras propias conclusiones sobre ellas.
Para
concluir, me gustaría que al finalizar el libro contestarais a una pregunta muy
simple: ¿quién es la luz de los ojos de quién? ¿O puede que sea recíproco, es
decir, que ambos sean la luz de los ojos del otro?
SOBRE LA AUTORA:
Juani
Hernández nació en 1976 en Aldaia (Valencia), aunque pasó la mayor parte de su
infancia en Picassent (Valencia).
Finalizó la
carrera de Arquitectura Superior en la Universidad Politécnica de Valencia, se
define como arquitecta de profesión y escritora por devoción.
Su primera
incursión en la novela romántica fue «Mi corazón en tus manos», la primera
parte de la saga de «Los Lagos» y que fue publicada en diciembre de 2013.
Tras haber
finalizado esta saga y la serie Extrarradio, continúa
trabajando en varios proyectos con los que espera sorprender en este 2016. Uno
de ellos es, sin duda alguna, esta maravillosa historia de amor con la que nos
ha seguido encandilando a todas sus seguidoras. Del otro proyecto, poco se sabe
aún, solo lo que ella misma ha dicho en sus redes sociales: se llamara <<Proyecto: tu amor>> y saldrá publicado
bajo el sello editorial de Harlequin.
Actualmente
vive en Aldaia, donde su principal ocupación es cuidar a sus dos preciosos
hijos, aunque siempre se las ingenia para hacerse con un buen puñado de ratos
libres y seguir escribiendo.
Si quieres contactar:
www.facebook.com/Juanihernandezautora
@JuaniHdezAutora
Para más información sobre la Saga
de Los Lagos:
www.lasagadeloslagos.blogspot.com
Búscala también en el grupo de Facebook <<Yo soy una musa de Juani
Hernández>>
Pues qué puedo decir... Si yo me supero con mis novelas, tú no te quedas atrás con tus reseñas. Cada vez te sumerges más en las novelas que lees y las analizas hasta el último resquicio. Leyendo tu reseña, veo que todos esos detalles que no son producto del azar y que tienen un significado, también lo tienen para ti, se comprenden, que están por algo, y para mí es una satisfacción, un reconocimiento por mi trabajo, que cada día intento mejorar, como mayor o menor éxito. Yo estoy muy satisfecha con esta novela, contenta con el resultado, y creo que sorprende y enamora a partes iguales a quien la lee. Y no es que yo me esté echando flores jeje es que creo que la historia en sí, la trama y los personajes, su evolución, atrapan. Te agradezco infinito que le hayas dado una oportunidad a la novela, me siento afortunada, y felicidades por una reseña tan espectacular! El trabajazo y el cariño que hay detrás está muy presente y eso no se consigue tan fácilmente. Enhorabuena!
ResponderEliminarPues me pasa lo mismo que a ti...¿que puedo decir ante tan bonitas palabras? Solo que me alegro un monton que la reseña te guste. No siempre consigo meterme tan de lleno en las historias o comprender de todo a los personajes, pero lo cierto es que tus historias me atrapan desde el principio y es verdad que me sumerjo tanto en ellas que da la impresiòn de que cada momento, cada hecho, cada acontecimiento lo estoy viviendo yo. Pero de eso tiene la culpa esa pluma maravillosa que tienes y esa forma de plasmar las emociones; esa forma tan única de describir el amor en sí mismo.
EliminarTu trabajo es un trabajo de diez y la evolución de los personajes es tan tremenda como acertada. La trama es muy buena y el resultado es este libro que a mi por lo menos me ha enamorado. Así que por todo esto creo que soy yo la que tengo que darte a ti la enhorabuena.
Besitos.
Hola, felicidades a las dos porque si la novela es preciosa (que lo es), la reseña es de lujo, enhorabuena! Lo más sorprendente, Pilar, es que consigues resumirla muy bien y dar detalles increíbles sin destripar nada, y eso tiene que ser dificilísimo!
ResponderEliminarEn fin, no creo que pueda añadir mucho más aunque, si me lo permites, invitaría a tod@s tus seguidores a leer este libro porque les va a sorprender. Muestra una visión muy original porque, para empezar, no es habitual encontrarse con una historia ambientada en la antigua Grecia pero es que en ella, además, se enlaza la vida de los mortales con alguna pequeña aparición de los mismísimos dioses del Olimpo, y el resultado es… genial.
Concuerdo contigo en la evolución de Aglaya, por ejemplo, aunque en Afrodita veo algo muy similar y unos matices que, desde luego, vale la pena descubrir.
Je, je, Mohl es un encanto y Talia un sol de chica. Ambos son de esos maravillosos personajes secundarios que se recuerdan al terminar un libro.
Sin duda, Juani, se ha superado de nuevo y eso que el listón estaba muy, pero que muy alto. Felicidades!
Hola elegv por tus amables palabras, me alegro mucho de que te guste la reseña y, por supuesto, que puedes invitar a todos mis a que lea este magnifico libro, estás en tu casa.
EliminarPuedo decirte que es muy dificil hacer una reseña sin meter sin querer algun que otro spoiler, a mi me cuesta mucho tiempo, giros en las frases para decir y al mismo tiempo no decir...ya me entiendes; repaso tras repaso para ver si he dicho algo que comprometa a la historia. Pero lo hago con mucho gusto ya que me parece que respetar al posible lector en ese sentido es imprescindible. Y cada vez que escucho un comentario como este me siento contenta porque veo que lo he conseguido.
Coincido contigo en lo que dices de Afrodita porque también es un personaje que evoluciona, que no se estanca.
Muchísimas gracias por leer la reseña. Muchos besitos
De nada, igualmente para ti, cielo, un beso
Eliminar