RESÉÑA DE "COR UNUM": UN SOLO CORAZÓN " (LIBERTAS Nº 2) DE LUCINDA GRAY




TÍTULO: Cor Unum: Un solo corazón (libertas nº 2)

AUTOR: Lucinda Gray

GÉNERO: Romántico/Histórico

PUNTO DE VENTA: Amazon

PRECIO: 2,99 (versión Kindle); 15,80 (Papel tapa blanda)


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SINOPSIS:





Claudia es una bella liberta que vive como un miembro más de la familia del pretor que en su día la esclavizó y por quien, en la actualidad, la joven siente un inmenso cariño. Ansía definir su futuro como ciudadana de Roma, casándose y formando un hogar junto al tribuno Tiberio; un apuesto patricio perteneciente a una de las familias más poderosas de la República y que siente devoción por ella. Sin embargo, su corazón parece diferir del destino que se ha trazado al colocar ante ella, como a su único salvador, a Luciano, un arisco liberto que no duda en mostrarle su desprecio.

Luciano, quien ha sufrido lo indecible a manos de los romanos, no acepta que Claudia viva feliz entre ellos, olvidándose del origen de su pasada esclavitud, por lo que no soporta la defensa que esta hace del pretor en su presencia.

Por su parte, Tiberio hará lo inimaginable por mantener junto a él a la mujer que ama y que en su día le correspondió; a pesar de los nuevos acontecimientos que parecen dirigir su vida hacia un punto sin retorno.

Un terrible secreto; una identidad inesperada; el honor de un hombre y la salvación de otro.

Una mujer, dos hombres y un solo corazón…

Un solo destino




MI OPINIÓN PERSONAL:



Cor Unum, de Lucinda Gray, es el segundo libro de la serie Libertas, la continuación por así decirlo de Sempre Libera.  En ella se nos narra la historia de Claudia, hermana de Gades, esposa de Marco, protagonistas ambos de la primera novela.

Es la segunda historia que leo de esta autora. Hace tiempo me leí un pequeño relato que se llamaba Secreto: Marido y me gustó tanto que no he dudado ni por un segundo en sumergirme entre las páginas de este nuevo libro.

No soy muy amiga de historias que impliquen un triángulo amoroso, lo suelo pasar mal porque en seguida me decanto por uno de los personajes, sin embargo, ya desde que leí la sinopsis de Cor Unum supe que no podía dejar de leerla. No me arrepiento de ello; primero, porque esta historia va más allá del simple triángulo amoroso es…algo más.; segundo, porque la amalgama de emociones, sentimientos encontrados y reacciones que viví sumergida entre las páginas de este libro ha sido toda una experiencia que recomiendo a todo el mundo. Sencillamente no podéis dejar de leer esta preciosa historia de amor, intriga, celos, pasión, traición…y sobre todo de perdón, de saber perdonarse, aceptarse a uno mismo para poder perdonar y aceptar a los demás o a los propios sentimientos.



Lo cierto es que puedo decir sin lugar a equivocarme que me ha gustado mucho, que hubiera sido un error por mi parte no haberla leído. Aunque lo he hecho mal. ¿Por qué? Muy sencillo… Aunque la autora dice que no es necesario leer el primer libro, y es verdad, hay momentos en este segundo en los que se hace alusión a la primera historia. El caso es que Lucinda lo explica con todo lujo de detalles, pero llega un momento en que nos hace falta leer lo anterior, más que hacer falta diría yo que incita a ello, a pesar de que son, por decirlo de algún modo, historias independientes.



Pero para saber qué se oculta tras sus páginas,  no tenéis más que coger el libro y empezar a leer, pues es algo que no os pienso desvelar. Solo deciros que los dos personajes masculinos principales tienen garra, fuerza, atractivo, encanto y causan en el lector a medida que transcurre la historia miles de millones de sentimientos encontrados. Pero ahora pasaré a hablar mejor de ellos.

 Junto a estos tres personajes están otros que ya aparecieron en el primer libro, como son Tiro, Marco y Gades, y el mismo Luciano, por supuesto.  Entran en juego otros nuevos que os sorprenderán porque contribuirán a conformar una historia llena de misterio, intriga, traiciones, complots; una trágica historia que desvelar, una identidad oculta y sobre todo amor, mucho amor.

Durante la narración salen muchas palabras de la Roma antigua, muchos términos como Pretor, Páter familias, etc. Puede que a veces eso os confunda, a mí me confundió al principio, del mismo modo que puede llegar a confundir la manera de vivir o cómo estaba establecida la sociedad romana en aquella época. No me voy a poner aquí ahora a dar clases magistrales sobre el tema; en primer lugar porque no tengo los conocimientos suficientes y, en segundo lugar porque Lucinda ya nos da, tanto en una nota aclaratoria al principio de libro como en un glosario de términos latinos, al final del mismo, las nociones necesarias para entender dicha cuestiones: la composición de la sociedad, etc. En pocas palabras, nos ayuda a meternos en la historia en una introducción, en donde nos informa de todo aquello que necesitamos saber.

Vamos a ir hablando poco a poco de cada uno de los personajes, empezando por la protagonista indiscutible de esta historia: Claudia.







Todo aquel que haya leído Sempre Libera sabrá exactamente quién es Claudia, porque todo aquel que leyó ese libro le pidió por activa y por pasiva su historia a la autora. Del mismo modo que todas las que leáis Cor Unum le vais a pedir una nueva historia a Lucinda, ¿de quién? Eso solo lo sabréis leyendo el libro.

 Claudia es una exesclava que vive como liberta bajo la patria potestad de Marco, un pretor que ejerce como páter familias de todos los que viven bajo su dominio. Claudia, al ser liberada, pasa a formar parte de la familia del Pretor como una ciudadana romana más. Pero la bella liberta es para Marco algo más que una antigua esclava, para él es como una hermana a la que vigila y protege con gran celo, incluso hasta de sí misma.

 Al principio del libro nos encontramos a una mujer que una vez superado su amargo pasado, ha conseguido ser feliz entre aquellos que en su día la esclavizaron, asumiendo su nueva posición entre ellos. El sentimiento que le une a Marco es fuerte, honesto y sincero, sintiéndose muy orgullosa de ser lo que es y estar en la posición social en la que está, algo que provoca la ira de Luciano, quien opina que ella ha olvidado y traicionado no solo a sí misma, sino a sus orígenes, a su identidad, a sus raíces y a esa ciudad llamada Baelo Claudia, que la vio nacer y también ser esclavizada.

Claudia no opina lo mismo, ella cree que debe pasar página y seguir adelante; tener lo que Gades, su medio hermana, tiene: ser feliz. Pero ¿podrá ser verdad que en esa búsqueda de la felicidad ella ha olvidado su propia identidad, su patria, sus origines, sus raíces? ¿Es Claudia una mujer que ha olvidado? ¿Que ha perdido su orgullo? ¿Es superficial? ¿Es egoísta por buscar su propia dicha, por no estancarse, por avanzar? ¿Será un término medio, a caballo entre los dos mundos, la solución perfecta?

A medida que transcurre la historia encontramos una mujer terca, orgullosa, decidida y a la vez… confundida, enfrentada a una difícil elección, ¿o quizás no tanto?  Claudia debe decidir entre Tiberio, un Patricio que está enamorado de ella desde siempre, incluso siendo una esclava, o de Luciano, un antiguo esclavo que parece odiarla, que la saca de sus casillas nada más verlo y con quien mantiene tensos y duros enfrentamientos, que descontrolan de una manera insospechada a nuestra bella protagonista.   ¿Por cuál de los dos se decidirá su corazón? ¿Por el amor seguro que puede obtener en los brazos de Tiberio, o por el amor prohibido, aventurero, incierto… de un hombre que no se merece que ella lo mire? ¿O será de los dos? ¿Se puede amar a dos hombres a la vez con la misma intensidad, o llegará el momento de elegir?

Si hay algo que define a Claudia a la perfección es su terquedad y obstinación, a la vez que su tremendo orgullo, aunque también sabe admitir su error e intentar rectificarlo; hacer no solo lo correcto, sino también lo que le dicta su corazón.

Ella tiene un objetivo en la vida, algo que quiere conseguir e irá a por ello sin pensar quizás en las consecuencias de sus actos. Esa terquedad, ese orgullo, pueden ser a la vez un defecto y una virtud. Un defecto porque la mete en más de una situación difícil, tan empeñada como está en conseguir lo imposible; sigue siendo un defecto en tanto que, convencida de que lo que hace o decide es un acierto, tomará alguna que otra decisión equivocada…o no, que pondrán en jaque a las personas que están a su alrededor; una virtud porque esa misma terquedad la ayuda a salir de estas situaciones difíciles.

 Es una mujer atrevida y orgullosa a la que le encanta el juego de seducción que ha iniciado con Tiberio; sin embargo, esa obstinación y terquedad la llevan a tener un tira y afloja con el patricio hasta el punto de abocar a este a tomar una decisión que quizás sea difícil para él, ¿o quizás no y Tiberio lo tenga muy claro?

Por otro lado, es esa misma terquedad, ese orgullo, la que la ciega y la impide ver más allá de sus narices. La que no la deja descubrir al hombre que puede haber más allá de la máscara, un hombre en continua lucha con sus sentimientos y prejuicios, al que hay que intentar conocer a fondo para poder así descubrir que tras esa fachada hay algo más. Del mismo modo que le gusta el juego de seducción iniciado con Tiberio, parece disgustarle ese trato que recibe de Luciano. Ese juego de odio/atracción que parecen haber iniciado, pero ¿será que no le disgusta tanto e inconscientemente acude a por más? ¿Puede ser que para una mujer orgullosa, entre otras cosas, de su belleza, de que todos los hombres parezcan valorarla, el hecho de que a Luciano parece no llamarle la atención esta misma es para ella un desaire, un rechazo, un desplante que no puede o no sabe digerir? ¿Porque no puede, o no sabe digerirlo? ¿Se echará en brazos del hombre equivocado por este u otros motivos?





  Hablemos ahora de Tiberio Kaeso. Tiberio es un apuesto patricio perteneciente a una de las familias más ricas, prestigiosas y poderosas de Roma, algo que a él parece traerle sin cuidado. Es un mujeriego empedernido, cuya fama bien merecida se extiende por toda Roma debido a su participación en alguna que otra orgía, algo que no parece ser obstáculo para Claudia, a la que le divierte y excita el juego de seducción que ambos han iniciado; aunque, por otro lado, no se lo pone nada, nada fácil, al revés… Para quien sí parece ser un obstáculo es para Marco, que no ve con buenos ojos ese juego de seducción y le trae a mal traer, por lo que ha puesto un ultimátum al patricio.

Tiberio pertenece a una de las familias más influyentes de Roma, pero no por eso exenta de secretos familiares, historias de traiciones, infidelidades e incluso asesinatos. Sin embargo, el tribuno parece estar por encima de todo eso, dispuesto a desentrañar el más secreto de los enigmas que envuelve a su muy aristocrática familia. Amigo íntimo del pretor Marco, parece tener una devoción y predilección especial por la bella liberta que ahora no solo es la protegida del pretor, sino también su hermana. Sabedor de que su deseo y amor por ella solo podrá ser satisfecho de una sola manera, no dudará en hacer lo que haya que hacer para conseguirla.

 Curtido en mil batallas es un hombre que lucha hasta el final por sus ideales, por aquello que ama, por los que quiere. Sin embargo, también es un hombre que sabe retirarse a tiempo, aceptando sin dudar y sin rencor el amargo sabor de la derrota cuando piensa o cree que esta ha llamado a su puerta. Porque puede que él esté equivocado, que su ofuscación le haga ver las cosas de otra manera muy distinta a como son en realidad. Para saberlo… solo tendréis que leer.

Totalmente convencido de que la bella liberta y él formarán un matrimonio seguro y feliz, que él le dará la seguridad que Claudia necesita, no duda en seguir adelante con sus planes, oponiéndose incluso a aquellos que parecen no aceptar o tener algunas reticencias sobre el matrimonio, como es el caso de los padres del patricio: Tito y Eudora, quién está convencida de que su hijo se casaría con la protegida de su abuelo, pater familia de los Kaeso;  e incluso del mismo Luciano, que ve en ese matrimonio una especie de ofensa hacia aquellos que en su día fueron esclavizados por aquellos por los que ahora Claudia parece tener devoción.

Leal, apuesto, seductor, decidido, un hombre por el que toda mujer debería suspirar, un buen partido en todos los sentidos de la palabra, un hombre que sabe protegerte en caso de peligro, un hombre que respeta, que ama, que parece no ir con su tiempo, sino ser de otra época y lugar.

Seductor hasta la saciedad. La especie de juego que ha iniciado con Claudia le excita, le motiva y al mismo tiempo le frustra, pues Claudia no se lo pone nada fácil, pero él no es de los que se dejan vencer.

Lo que más destacaría yo de este personaje es su honestidad y su lealtad hacia las personas que merecen esa lealtad, confianza y honestidad. Es el honor el que mueve a este personaje, sobre todo al final del libro, cuando un secreto trágico está a punto de desvelarse, es por honor que decide poner las cosas en su sitio, aunque él salga perdiendo en el camino…¿O puede que no? Puede que al hacer lo correcto él también salga ganando.

Decidido a averiguar la verdad de un pasado que afecta a su familia, su ansia de venganza en un momento determinado solo se verá apaciguada o vencida por esa honestidad, por esa lealtad, por ese afán de buscar la verdad y conceder a cada uno lo que en su opinión se merece, sea esto bueno o malo, una necesidad honesta de poner las cosas en su lugar.

 Gran amigo del pretor Marcos y huésped asiduo de su casa, parece haber desarrollado una extraordinaria habilidad para sacar a este último de sus casillas, para enfurecerlo hasta el extremo de que este es capaz de tomar algunas medidas y decisiones de las cuales se tendrá que arrepentir más adelante.





Vamos ahora con Luciano.  Gladiador y antiguo esclavo de una de las familias más crueles de Roma, con un pasado tremendo, desbastador, muy trágico, horrendo rozando lo monstruoso, Luciano es un hombre amargado que no puede ni sabe perdonar, motivo por el cual se ha olvidado de vivir, se ha estancado en su pasado doloroso y no sabe avanzar ni puede ver que los demás lo hagan.

Amargado como está, paga todos sus males con la bella liberta que, según él, ha traicionado a sus raíces olvidándose de quién es, de lo que fue y de esa ciudad cuyo nombre debería llevar con más orgullo. El problema principal es que parece tener un odio tremendo hacia las mujeres y este odio lo refleja en Claudia, ¿pero por qué precisamente con ella? El motivo de este odio… la historia nos lo va contando poco a poco a poco. A medida que vamos descubriendo y sabiendo detalles sobre su pasado, más comenzamos a entender a un personaje que, al principio, se presenta como antagonista o al menos esa es la impresión que da.

La razón de las fuertes discusiones y de los enfrentamientos que tienen los dos… las podemos encontrar en el pasado de Luciano y también en un pasaje de Sempre Libera, que la autora nos cuenta más o menos por encima en este libro para ayudarnos a entender a un personaje al que cuesta comprender, apreciar y querer. Pero, como digo, cuanto más vamos conociendo de él, de su pasado, aprendemos a entenderlo, a ponernos en su piel…, a quererlo y a pensar que quizás lo que ese hombre necesita es alguien que le cure el cuerpo, la mente y el alma. Una tabla de salvación, un puerto seguro. ¿Podrá Claudia llegar a ser todo eso para él? ¿Podrá su corazón herido sanar algún día?

Si en algo se parece a Claudia es en esa ceguera que le impide ver más allá de sus convicciones y amargura, su tremendo orgullo y en su gran obstinación. Todo esto los llevará a enfrentamientos tremendos, crueles a veces, un choque de dos voluntades férreas, inamovibles, que en cierto modo se complementan a la vez que son diferentes. Luciano es un hombre terco, orgulloso e indomable; sin embargo, hay momentos en los cuales esa terquedad, ese orgullo se verá vencido por la candidez de una Claudia tan terca, obstinada y orgullosa como él a pesar de que, en apariencia,  tan solo con su simple presencia y su cháchara inacabable  ya basta para que al exgladiador se le crispen los nervios, se obceque en un intento desesperado por negar la realidad, pero que al mismo tiempo y sin darse cuenta se deje llevar por lo que le dicta su corazón, sus instintos.

Otros momentos habrá en los que claudicar puede ser la única manera de vencer, de lograr su objetivo…, un acto desesperado e inconsciente de salvar a la persona amada, reclamándola quizás para sí, traerá como consecuencia la posible aceptación o no de una realidad tangible, que en un momento dado se materializa, aunque nuestro exesclavo se empeñe una y otra vez en negar la evidencia. Esa aceptación también se tendrá que hacer extensible a otras cuestiones turbias que el destino, o la propia vida, se encargarán de desvelar. Cuando todo parece haberse descontrolado, el honor de aquellos que tienen en su mano corregirlo lo pondrán en su lugar correcto.






   A Marco y a Gades ya los conocemos de Sempre Libera, pero si no es así… ¿A qué esperáis? Marco es un pretor cuyo comportamiento es el que se exige de una persona de su rango y posición, pero al mismo tiempo es una persona leal, protectora y enamorada de una mujer que es su todo, a la vez que su complemento e igual de cabezona y terca que él. Si hablamos de orgullo, cabezonería o terquedad podemos decir que Marco y Gades ganan por goleada a los demás protagonistas.  Pero puede que a Marco ese orgullo y esa terquedad le pase una importante factura en un momento determinado de la historia, en la que toma una decisión muy equivocada y de la que tal vez tenga que arrepentirse durante toda su vida.

También es un hombre compresivo que sabe reconocer sus errores y aprender de ellos, algo muy importante. Su amor por Claudia es enorme, tan grande como quizás lo fue su odio en un pasado por algo muy dramático que le tocó vivir y que por suerte ha superado al lado de Gades. Para él es como una hermana, quizás esa que nunca tuvo o… La cuida, la protege y le ha dejado muy claro a Tiberio que si la quiere… hay algo que debe hacer. Tiberio parece tener la exasperante facultad de sacarlo de sus casillas, pero no es el único que lo hace, realmente es un hombre que se desespera con cualquiera que no sea capaz de seguir sus normas o que le desafíe de alguna manera.

Es un hombre cabezota y esa cabezonería puede que le pase factura en algún momento de la historia. También es un hombre honesto que pone su cargo al servicio de la verdad y para el cual la amistad es algo sagrado que no se puede traicionar… de ninguna de las maneras.

Gades, también era esclava como Claudia, es su esposa y una casi hermana para nuestra bella liberta, una mujer de carácter, la única quizás que sea capaz de lidiar con el genio indomable de Marco, la única que lo sabe manejar y llevar. Hacia el final de la historia hay un momento divertido en donde se ve la enorme influencia que esta mujer ejerce sobre un pretor que tiene fama de ser duro e implacable, pero también justo y honesto.





    En cuanto a la familia de Tiberio… De ella poco os quiero hablar porque guarda en su seno un secreto que de desvelarse… Solo decir que Eudora, la madre del tribuno, es el típico personaje que, siendo bueno en el fondo, se equivoca en su manera de proceder. Ella quiere hacer lo correcto, lo que piensa que es justo, pero… el camino elegido no es el adecuado y su equivocación puede traer horribles consecuencias. Es al mismo tiempo lo que se podría llamar una snob de su tiempo, pendiente de las apariencias; unas apariencias que impiden que acepte del todo la decisión de su hijo, convencida como está de que la susodicha decisión sería otra. Es hipócrita en ese sentido, pues la cara que en un momento dado le pone al hijo es una y la que en verdad tiene es muy diferente. Guarda en su corazón un terrible secreto, tan terrible que de desvelarse…

 Tito, el padre de Tiberio, es harina de otro costal; es el típico personaje al que deberéis ir descubriendo poco a poco. Un antagonista a la altura de las circunstancias, alguien que se ha ganado él solito su destino…, sea este cual sea.

Hablemos un minuto del abuelo Kaesso, un personaje que aunque parece que no se materializa en la historia como tal, da mucho juego y es importante, ya que no solo es el pater familias,  sino que en torno a él giran algunos de los acontecimientos de esta historia.

Junto al abuelo está Lucila, su protegida, una mujer que muy poco sale, pero cuando sale hace un papel que provoca una especie de rechazo, pues puede llegar, quizás, a convertirse en una especie de rival para Claudia. 






   Hablemos de Tiro, el padre de Gades y una especie de padre también para Claudia. Es un personaje que junto a Luciano protagonizó un momento dramático e importante, algo que es real y que pertenece a la historia de la Roma antigua.  Tiro es un hombre justo y en cierto modo piadoso, que en un momento dado acogió a Luciano bajo su manto para guiarle por un camino que el exesclavo había perdido, sumido como estaba en los terribles sucesos que marcan para siempre su carácter y hieren de muerte su mente y su alma.

 Casado con la hija de sus antiguos dueños, alguien que en su día jugó un papel importante en sus vidas, de vez en cuando se acerca a casa de Marco a ver a su hija, cosa que tanto Marco como Claudia odian y por motivos no muy diferentes. Es un personaje al que parece divertirle sacar de sus casillas a un yerno al cual parece no aceptar del todo, a pesar de que este le ha demostrado en el anterior libro, tanto por activa como por pasiva, su amor hacia Gades y su decisión de proteger a Claudia, por la cual Tiro siente un verdadero amor de padre al ser la hija de su malogrado mejor amigo. Es un hombre con tirón en la historia, pero que puede que no acabe de caer bien al ejercer de abogado del diablo en una trama en la cual nuestros personajes tienen mucho en contra y muy poco a favor.

Es a la vez un hombre inteligente, que sabe más de lo que aparenta y que intentará hacer con esa información lo que es mejor para los protagonistas de la misma. Es el único que sabe calmar a Luciano cuando este se desboca, cuando sus ansias de venganza priman sobre todo lo demás. Es como un padre para él y, como padre, le guía y le aconseja.

Hay dos personajes en esta historia cuya identidad se va conociendo poco a poco a medida que avanza la trama y de los cuales yo no voy a deciros nada, ya que eso significaría romper y estropear la sorpresa que causa en el lector, sobre todo la aparición inesperada de uno de ellos. Se trata de Helena, un oráculo que vive aislada del resto del mundo y Argón… Solo decir que el oráculo, como buena vidente, ha visto algo, algo que tiene que suceder para que las cosas se pongan… en el lugar correcto. Ella no tiene más remedio que dejar que pase tanto lo bueno como lo malo, porque solo así se cumplirá el destino de alguno o algunos de nuestros protagonistas. Es al mismo tiempo una buena aliada que se presta al auxilio debido cuando las cosas se ponen mal.

De Argón solo decir que quizás actúa así porque la vida y sus avatares le han llevado por ese camino, aunque no se puede decir lo mismo de Othor y algún que otro personaje que lo acompaña. ¿O quizás solo sea otro villano más que disfruta viendo sufrir a los demás?







    Los malos, malos por antonomasia, de esta historia son sin duda alguna los antiguos dueños de Tiro y Luciano; Damófilo y Euno, a cada cual más depravado y cruel. Un matrimonio de patricios, una familia influyente que más que seres humanos podríamos decir que son auténticos monstruos, crueles, depravados, inmorales… Su actitud inhumana con los esclavos provocó una de las muchas revueltas que tuvieron lugar en la antigua Roma y esto, amigas, es algo que forma parte de la realidad, de la historia, de lo que en verdad pasó, porque Damófilo y Euno son dos personajes reales y cuyos siervos se rebelaron en contra de su trato tan infame. Su actitud inmoral y cruel alcanza límites insospechados, siendo los principales culpables de las heridas interiores que Luciano arrastra consigo. Es necesario leer la historia para saber hasta qué grado de inhumanidad llegan estos personajes y para saber cuál es, en definitiva, su relación con alguno de los otros personajes secundarios, o no, que he mencionado anteriormente

Hay otros actuantes que, aunque para nada salen físicamente en el libro, son dignos de mención, como son Alana, madre de Luciano; o la esposa de Tiro. O Velusio, otro Kaeso hermano de Tito.

Me ha gustado mucho el lenguaje tan ágil que emplea esta autora. Esa manera suya de sumergirnos en la trama, de engancharnos a ella, de transmitirnos las mismas emociones que sienten sus personajes. También cabe destacar la manera en que les dota de un tremendo realismo, porque todos los actuantes de este libro son seres humanos que cometen errores, equivocaciones, que sienten miedo, dolor, celos, ansias de venganza, odio, ira…, pero que saben también reconocer que se equivocan y cuándo se equivocan, que saben retirarse a tiempo. No todos ellos claro, porque los antagonistas lo que saben muy bien hacer es darle a la trama ese punto de interés que se centra en mantener la tensión, en horrorizarnos, en levantar en nosotros esas mismas ansias de venganza que tienen nuestros protagonistas. Damófilo y Euno no son seres humanos que se equivocan, son… auténticos monstruos, del mismo modo que también lo son algunos de nuestros otros antagonistas.

Es una historia hermosa con una dosis justa de drama, pero también debo decir que a la autora no le tiembla la mano a la hora de describir momentos escalofriantes. Una historia que os recomiendo. No os vais a arrepentir de leerla.



Luciano, Tiberio; Tiberio o Luciano… ¿Por cuál de los dos se decidirá nuestra bella liberta? Para averiguarlo no tenéis más que leer esta preciosa historia. Solo añadir algo y es que quien quiera de los dos que salga perdiendo, merece encontrar el amor… Merece… su propio libro.







SOBRE LA AUTORA:





Lucinda Gray es una tarifeña que por amor se fue a vivir a Algeciras (Cádiz). Licenciada en Derecho por la Universidad de Cádiz, ejerce como abogada y se ha especializado en la rama de Derecho Administrativo de Disciplina Urbanística.

En 2008 se aventuró a escribir y ganó un premio en un concurso de relatos cortos con Un Motivo para luchar. A partir de entonces no ha parado de inventar historias. En el año 2010 publicó su primera novela: Lady Ana con Amor, a la que han seguido Secreto: Marido; Dulce Arpía, con la que ganó el I Certamen literario ciudad de Tarifa; Mi Señor de Tafalla; Sempre Libera (Libertas 1); Descubriendo el amor (Staton nº 2), Inconfesable y Mándame al infierno, pero bésame.

         Además, Lucinda participa con distintas instituciones organizando encuentros que ayudan a promover y fomentar la lectura de la novela romántica.

Si queréis saber más sobre ella o estar en contacto con su obra os invito a su página de Facebook: https://www.facebook.com/lucinda.gray.92/about?section=education&pnref=about

O su blog, Mi sueño de escribir: http://lucindagray.blogspot.com.es/



















4 comentarios:

  1. Ya había leído la novela, pero después de tu reseña me han dado ganas de volver a coger el libro y recrearme en esta historia tan bellísima, y dura en muchos momentos.
    Felicidades por este arte para engancharnos a la lectura.

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    1. Muchisimas gracias por tus palabra Mª Luisa. Me alegro mucho de que te haya gustado la reseña, es mi especie de recompensa, saber que os llega y que de una manera u otra incita a leer el libro. La historia es dura en algunos momentos eso es cierto pero es tan hermosa que no se puede despegar los ojos del libro hasta que no pone fin

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  2. Muchas gracias por tan maravillosa reseña, eres fantástica y celebro que te haya gustado la historia.
    Mil besos

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    1. Me alegro un montón que te haya gustado. Gracias a ti por tus palabras y por tan magnifica historia.

      Besitos

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