TÍTULO: ESTRICTAMENTE
ESCANDALOSO (STANTON Nº 5)
AUTOR: LUCINDA GRAY
EDITORIAL: ZAFIRO
PUNTO DE VENTA: AMAZON
FORMATO: DIGITAL
PRECIO: 2,84
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SINOPSIS:
El actual
conde de Hastings se ha ganado el apodo de «lord Estricto» debido a su severidad
en cuanto a lo que debe considerarse una buena conducta. Cuando encuentra en un
escandaloso baile a la mujer que ha decidido convertir en su esposa, monta en
cólera y provoca una lamentable escena.
Marianne,
nieta del prestigioso duque de Rosewood, ha sido
apodada «lady Escándalo» a causa del desaire del que ha sido objeto por parte
del conde de Hastings. Pero ella no puede hacer nada por evitar ser tachada de
descarada, ya que actúa en misión secreta para el Ministerio.
En realidad,
entre ambos existe un amor intenso que procede del pasado y que nunca ha
llegado a materializarse, por lo que sus sonados enfrentamientos son debidos,
en parte, a ese deseo insatisfecho de poseer al otro.
Sin embargo,
algo los atrae irremediablemente, obligándolos a encontrarse y afrontar juntos
los peligros que se ciernen sobre ellos.
¿Conseguirán
salvar sus diferencias y luchar por lo que verdaderamente importa, su amor?
MI OPINIÓN PERSONAL:
Estrictamente Escandaloso,
es el quinto y último libro de la Saga Los Staton, que
se compone de los siguientes títulos: Lady Ana con amor,
libro que abre la saga y que desgraciadamente ahora mismo no se
encuentra disponible por estar descatalogado, aunque espero poder disfrutar
pronto de su lectura. El segundo título sería Descubriendo
el amor que nos cuenta la historia de Lady Sarah Staton. Dulce Arpía, en donde se nos narra las aventuras y desventuras
de Lady Clare Staton y Julián, hijo bastardo del Conde de Strafford, sería la
tercera entrega. El cuarto libro es Inconfesable en
él que Rebecca, hermana de Lord Hastings y el Marqués de Aberry, son sus protagonistas.
Y, como ya he dicho antes, cerrando la saga estaría Estrictamente
escandaloso, cuya lectura resulta estrictamente picante, divertida, pasional,
intrigante y, como no, altamente adictiva.
Quienes se hayan leído los anteriores libros de esta Saga, tenían
ya muy claro que faltaba una historia por contar, quizás la más complicada en
todos los aspectos debido a su complejidad y a cuestiones y temas que solo se
pueden averiguar leyendo este apasionante libro. Pero como os digo faltaba una
historia por contar y esta no podía ser otra que la de Marianne y este Lord tan
estricto y serio, merecedor de ese título concedido por la muy estricta e
hipócrita sociedad de aquella época.
En esta nueva y ultima entrega, no
solo aparecen como protagonistas de la misma Marianne y Richard, sino que
también nos vamos a encontrar con alguno de los personajes protagonistas de las
anteriores historias, algo bueno pues siempre nos gusta saber como les va. De
este modo encontramos de nuevo a Rebecca y a Aberry; a Clare y a Julián, pero
para saber que ha sido de ellos o como les va, me temo que no vais a tener mas
remedio que leer esta última y apasionante historia.
También nos vamos a
encontrar de nuevo con Sir Howard Melbourne del cual hablaré más abajo y con otro
personaje del que no voy a hablar porque su aparición en un momento determinado
de la trama será toda una estresante e inquietante sorpresa. Especial atención
tenemos que prestar además al papel que juegan Violet Graham y una personita
aparentemente inocente que aparece en un momento dado de la historia.
Todos los que hemos leído Dulce Arpía,
conocemos de sobra a Clare, o Lady Penfried, así pues, no nos extrañará saber
que en esta última entrega sigue volviendo loco a Julián, y a quien no es Julián,
con su forma de ser y actuar, con sus tejemanejes y con esa manía innata suya
de meterse no solo en la vida de los demás sino de intentar arreglarles la
susodicha vida a su aire sin anestesia y sin preguntar…. No me gusta hacer este
tipo de valoraciones pues creo que una reseña debe ser lo más objetiva posible,
pero hoy me voy a permitir esta pequeña licencia pues este personaje a mí, sinceramente, a pesar de sus
intrigas me cae muy bien porque creo que
no lo hace con maldad a pesar de exasperar a más de uno con sus actos y de
exasperar de paso al pobre lector por cierto, pero pienso que no sería una
buena lectura sino hubiera personajes que nos hicieran enfadar aunque solo sea
un poquito, o nos volvieran un poco locas. Creo que es alguien que juega muy
bien su papel en la trama. Su problema, a mi modo de ver, es que no
se para a pensar en las posibles consecuencias de sus actos o en las
repercusiones que pueden tener en el marco de una sociedad hermética, hipócrita,
muy dada a chismes y murmuraciones, una sociedad bastante artificial y,
sinceramente, muy, muy poco ética. Una sociedad en la que ella ha sabido
encajar perfectamente debido a ese don innato que tiene para la manipulación o
para convencer, algo que en algún momento le puede venir muy bien a nuestros
protagonistas.
Lo
asombroso quizás de este personaje es que, no se sabe cómo, pero siempre se las
apaña para conseguir lo que quiere minimizando totalmente las consecuencias de
sus actos tanto para ella…como para los demás. En esta última entrega no solo
no podéis perderos sus nuevas intrigas y tejemanejes, sino una peculiar
decisión que ha tomado y que pondrá en jaque no solo a su marido sino también…a
alguien más. Realmente es un momento muy divertido de la historia pues
ciertamente arranca una sonrisa al lector. Tampoco podemos perdernos otra escena
totalmente divertida entre ella y nuestro querido Lord Estricto al cuál, desde
luego, vuelve totalmente loco, al que exaspera hasta la saciedad pero que
quizás en un momento determinado de la historia se vea endeudado de algún modo
con ella.
Junto a ella por supuesto encontramos al pobre Julián siempre
detrás de su esposa intentando amortiguar sus hazañas, siempre fiel a su mujer,
pero a la vez critico con su manera de actuar. Un personaje que demuestra ser leal
tanto en la amistad como en el amor, pero a la vez es un hombre que sabe, en
cierto modo, enfrentarse a su muy peculiar mujer… ¿o puede que no?
A Rebeca y a Aberry ya los conocemos
de Inconfesable. Realmente tienen poco
protagonismo en este ultimo libro y es lógico ya que no es su historia sino la de
su hermano y Marianne, pero…aun así los vemos interactuar con Richard, con
Clare, con la misma Marianne. Rebecca es una mujer que ya tuvo que
enfrentarse en el pasado a su propio destino, a la sociedad, todas las que habéis
leído su historia, sabréis de que hablo. Por tanto, creo que está más que
capacitada para dar a nuestro Lord su opinión sobre lo que piensa de la
situación en la que se encuentra, para analizar su estado anímico y para decirle
una serie de cosas bien dichas que quizás contribuyan a cambiar el rumbo de sus
vidas o por lo menos hacer pensar a nuestro muy cabezota y estricto Conde. Ahora
solo falta por averiguar si esto es para bien…o para mal. También demuestra ser
una gran y fiel a amiga de Marianne intentando ver más allá de la apariencia y
al mismo tiempo ayudarla de algún modo, y sobre todo demuestra estar por encima de las encorsetadas damas de
la época, muy dadas a chismorreos, pero al mismo tiempo, al igual que hace
Clare, sabe fingir y aparentar pues es la única manera de llevarse bien con
éstas para conseguir sus fines.
En esta última entrega también nos
encontraremos con Sir Howard Melbourne un personaje altamente intrigante y
manipulador. Sir Howard Melbourne es un hombre controvertido, convencido de que
en nombre de un bien mayor puede interferir en las vidas de los demás
manejándolas a su antojo e incluso destrozándolas. Es una persona con unos ideales
muy fuertes y estrictos, que realmente cree en lo que hace y no le importa que
medios utiliza para conseguir sus propósitos o a quien destruya o no por el
camino. No le importan los sentimientos
de las personas ni el qué dirán, ni esa sociedad hipócrita que tiene que dar el
visto bueno a unas actitudes o acciones que él exige de los demás. Pero claro,
siempre y cuando su nombre no se vea comprometido en esas situaciones o escándalos
en los que él, de algún modo o de otro, puede que esté involucrado. Es como
todos los personajes masculinos de esta saga un hombre que procura que su buen
nombre y prestigio no se vea empañado por el comportamiento de los demás. No me voy a extender mucho en este tema porque
tenéis que leer el libro para saber porque lo digo, pero pienso que cuando lo
hagáis, sino lo habéis hecho ya, me daréis la razón.
No puedo por más que alabar a la autora en cuanto a la
creación y planteamiento de este personaje ya que creo que es un hombre de su
época, con los mismos escrúpulos o ninguno que podían tener los hombres que en
aquellos tiempos se dedicaban a lo mismo que él o tenían los mismos ideales. Y
desde luego el típico hombre de ese tiempo histórico para el cual la mujer es
un simple instrumento que manejar a su antojo. Sin embargo, no podría afirmar
ni decir que sea el villano de la historia, ni mucho menos, pero sí se acerca
bastante a ello.
Pero para villanos, villanos tenemos a otro personaje que nos
las hará pasar un pelín canutas y al cual deberéis descubrir vosotras mismas en
un momento determinado de la trama, yo no puedo deciros nada acerca de él pues
supondría dar una información vital del libro y por respeto a la autora y a su
trabajo no debo ni quiero hacerlo.
También hay que mencionar a Lord Kerr un hombre amoral, de
dudosa reputación y sin escrúpulos que
tiene una cierta importancia en la trama, de hecho pienso que la trama no existiría
sin él pues es parte integrante de la misma.
Centrémonos ahora en nuestros dos personajes
principales Marianne y Richard. Me es difícil hablar de ambos sin caer en el mencionado
y temido Spoiler, pero, por supuesto que lo voy a intentar. Empecemos por
Marianne, o “Lady escándalo”, mote que le ponen las muy encorsetadas damas de
la época secundadas por sus maridos, debido no solo a su actitud sino a la de
algún que otro personaje que está a su alrededor y que realmente la pone en un
verdadero aprieto.
Como todos los personajes femeninos
de Lucinda, creo que Marianne es una mujer que vive fuera de su época, pero al
mismo tiempo vive para una sociedad que puede encumbrarla o relegarla al más
puro olvido, eso sí, después de haber tirado su reputación por los suelos o ser
objeto de los cotilleos de las tardes de te de las muy respetadas e impolutas
Damas. Todas las que hemos leído Inconfesable,
sabemos de primera mano en que situación llega Marianne a esta nueva historia,
a su historia, y realmente estamos deseando sumergirnos en las paginas del
libro para ver cómo sigue la cosa o más bien ver de qué va la cosa.
Al empezar a leer esta nueva entrega nos encontramos con una
Marianne podríamos decir que esperanzada, con la ilusión de algo, pero…puede
que esa esperanza, esa ilusión se trunque de algún modo porque también de algún
modo la autora tiene que dar paso a la trama….
Marianne al mismo tiempo es una víctima, siempre lo ha sido,
desde muy joven, victima de los deseos, imposiciones, tejemanejes y ordenes de
los hombres de su vida, alguno que otro demasiado cobarde como para luchar como
es debido por ella. Nieta del Conde de Rosewood, una de las personas más
influyentes de esa sociedad y época en la que transcurre la trama, Marianne se
ve obligada una y otra vez a dejar de lado su propia felicidad en pos de los deseos
y ambiciones de los demás. La verdad es que todas las mujeres de ese tiempo
histórico en el que está ambientada la trama son victimas de sus padres, de sus
abuelos, de sus maridos. Meros objetos decorativos que solo servían para
incrementar fortunas y eso en el mejor de los casos. Sin embargo, algunas de
ellas eran tan influyentes y maliciosas como para tirar por tierra la dignidad
y el buen nombre de los demás. Son ellas las que critican, las que aceptan o no
aceptan, las que aprueban o no aprueban pues los hombres, dedicados a sus
quehaceres, están por encima de todo eso…o así parece ser ya que solo les preocupa,
o por lo menos a la mayoría, su
prestigio, su honor y su buen nombre y mientras este no se vea perjudicado lo demás
les da igual. Pero a su vez estas mismas mujeres que antaño criticaban o
estaban en el más alto escalafón pueden de la noche a la mañana ser también
víctimas de una Sociedad que, como he dicho antes, puede encumbrarlas a lo más
alto o relegarlas al lugar más mísero y hostil. Puede que penséis que me repito
mucho en este concepto, pero la razón de ello es que creo que es una idea muy
importante de la historia, de hecho, creo que es parte de la esencia de la
trama. Esto por supuesto también sucede
con los hombres y, sino que se lo pregunten a alguno que yo me sé pues nadie
está a salvo de la malicia de los demás.
Pero los personajes
femeninos de Lucinda son a su vez mujeres que no se arredran, que hacen, como Marianne,
lo que tienen que hacer porque de ese modo conseguirán salir airosas de la
situación, o simplemente salir. Eso es lo que admiro de Marianne, que ella se
ha marcado un objetivo, que sabe que no tiene más remedio que actuar de la
manera que actúa, que no le queda de otra y lo hace, simplemente lo hace, sin
mirar atrás…sacrificándose porque solo de ese modo conseguirá ser libre. Puede
que quizás se equivoque, que en algún momento del libro pensemos que podría
haber actuado de otro modo o…confiar en ciertas personas, pero la confianza se
gana y esas personas no demuestran quizás ser dignas de la confianza de la
mujer… ¿o tal vez sí y Marianne no está preparada para verlo? En resumidas
cuentas, que Marianne es igual que Clare o Rebecca, mujeres decididas y
valientes que luchan por lo que piensan que es correcto, por encontrar su
propia identidad, que buscan su lugar en un mundo hostil e hipócrita diseñado
por y para los hombres, mujeres que simplemente…necesitan vivir.
Y vamos ahora con nuestro querido
Conde de Hastings o Richard para los amigos. Realmente hay momentos en la
historia en las que a este hombre le daría un buen zopetón después de decirle
cuatro cosas bien dichas, aunque puede que en algún momento esas cuatro cosas
se las diga Rebecca…o tal vez puede que no, que sea otra persona u otro
acontecimiento lo que le abra los ojos. O tal vez no abra los ojos nunca
condenándose a sí mismo y a Marianne a la infelicidad.
Richard es un hombre
serio y demasiado estricto, tanto que se ha ganado un mote en esa sociedad que
Lucinda describe tan bien. Pero al mismo tiempo esa actitud es del agrado de la
susodicha sociedad, una sociedad que tiempo atrás tuvo otra actuación muy
diferente frente a esa familia demostrando de ese modo lo hipócrita que puede
llegar a ser. Pero como digo, Richard con su actitud se ha ganado el mote de
“Lord Estricto” por el cual le conoce todo el mundo, el tiene una misión en la
vida y podríamos decir que ese mote es la prueba de que esa misión se ve
cumplida con creces. Pero… ¿Cuál puede
ser el coste sobre todo emocional de esa actitud tan estudiada, artificial y
estricta? ¿Cuántas cosas ha perdido ya y puede seguir perdiendo en el camino? ¿Es
ese su verdadero carácter o quizás el Richard autentico se esconda tras una máscara?
Aunque la actitud que en algunos
momentos tiene nuestro querido Conde no es de mi agrado, he de decir que la
comprendo, la comprendo, pero no la comparto. Todos queremos sentir que
formamos parte de algo, aunque ese algo sea una sociedad que es capaz de
encumbrarnos a lo más alto o hacernos descender a los infiernos de un segundo
al otro. Richard tiene un pasado que en cierto modo le condiciona para actuar
como actúa. Como todos, quiere sentirse aceptado, pero como he dicho antes ese
deseo, esa necesidad, puede llevarle al desastre y así se lo hace ver en un
momento determinado una persona que tiene gran influencia en su vida y cuando
vea la verdad, cuando por fin abra los ojos, todo dependerá o no de la actitud
que tome ante ello porque como ya he dicho arriba él tiene un propósito y
salirse de ese canon que se ha establecido supondría echar por tierra esa
misión, abandonarla. Por esa razón, puede llegar a ser quizás un pelín cobarde
a la hora de enfrentarse cara a cara con sus sentimientos pues realmente no
sabe como manejar esa verdad que se le presenta ante los ojos.
Una cosa que si me gusta mucho de
este personaje es que un hombre que ama, que ama mucho y con gran fuerza y eso
no solo dice mucho de él, sino que también le ayuda a afrontar la situación que
está viviendo aunque a veces ese mismo amor le haga desfallecer. Cuando se le
pasa la irá inicial, cuando se va tranquilizando y piensa, se da cuenta de que,
tras lo aparente, tras lo que ve, puede haber algo más, un motivo escondido,
una razón. No duda ni un segundo en intentar descubrirlo y, sobre todo, en
intentar evitar ciertas situaciones. Es
un hombre que en cierto modo confía en sus instintos, en su sentimiento de
amor, aunque él quizás no sea consciente de ello. Ve un comportamiento, una
actitud y piensa que no puede ser y quizás se lance a intentar descubrir la
verdad, puede que a veces se vea sobrepasado por los acontecimientos, que desfallezca,
pero no se rendirá. Al final, cuando esa verdad se le revela de forma contundente
le sobrepasa, realmente no sabe que hacer con ella ni como obrar o cómo manejar
la situación. Debemos tener en cuenta que su resolución o decisión ante esa
verdad puede ser determinante en muchos aspectos, le puede dar la felicidad o
sumirle en la más profunda tristeza tanto a él como a Marianne, la cual en un
momento determinado es posible que tome la decisión por él. En cualquier caso,
de Richard y solo de Richard, dependerá elegir un camino u el otro. ¿Cuál será
la decisión que tome al final? ¿Es preferible enfrentarse a la sociedad o es
mejor vivir conforme sus normas siendo
total y absolutamente infeliz?
Unas cuantas palabras que añadir
para hablar un poco del Conde de Rosewood, abuelo de Marianne, un hombre
implacable para el cual su nieta es una moneda de cambio, un hombre sin
escrúpulos que no duda en alejar a Marianne, de quitarla de en medio o por lo
menos intentarlo, cuando esta le empieza a resultar un tanto molesta. Es de
destacar la actitud de Marianne ante este personaje.
En medio de todo esto hay una
apasionante trama de intriga, odio, deseos de venganza, pasiones, traición y
sobre todo amor…mucho amor. La manera de escribir de Lucinda es fresca, ágil,
amena, locuaz. Esto hace que la trama despegue desde casi las primeras páginas
enganchándote totalmente en su desarrollo y clímax, un clímax y un final sorprendentes,
muy típico de ella. Yo no diría que esta saga es un conjunto de historias solo
de amor, porque creo que tanto este conjunto de cinco libros como todos los
libros de Lucinda, tienen algo más, un elemento único que los hace diferentes
de los demás. No solo se dedica a contar las vicisitudes por las que pasa la
historia de amor de la pareja de turno, sino que introduce en sus tramas una
buena dosis de suspense, misterio, intriga, aventuras y acción. Aparte de una
cierta dosis de erotismo que nunca viene mal.
Por otro lado, tengo que decir que
en ocasiones he leído o escuchado que las historias románticas tienen menos
peso de calidad en la literatura por el hecho de que están poco documentadas.
Pues bien, yo niego este hecho en términos generales y, en este caso en concreto,
puedo decir que nada más lejos de la realidad. Las cinco historias de Lucinda
que conforman esta maravillosa saga no solo están muy bien documentadas, sino
que están maravillosamente documentadas y centradas en la época en la que se
supone transcurre la trama. Lucinda ha sabido plasmar muy bien una sociedad que,
como he dicho, es hipócrita a la vez que amoral y muy dada a alegrarse de la
caída de los demás sin ver ni ser conscientes que ellos mismos también podrían
caer de la misma manera, una sociedad que critica sin analizarse antes a sí
misma, sin mirar sus propias actuaciones. Una sociedad que censura lo que ellos
mismos hacen a escondidas y en secreto. Y no solo eso, yo iría más allá, puesto
que la autora también ha creado unos personajes típicos de la época, tanto los
buenos como los villanos. Personajes pasionales unos, traicioneros y
conspiradores otros y creo que lo ha sabido hacer a la perfección. Mujeres
fuertes y decididas inmersas en una sociedad que no las valora lo suficiente,
que las ataca y juzga por ser diferentes por ir contra unas normas artificiales
impuestas por hombres no por las mujeres, pero que sin embargo son en un
momento dado duramente criticadas por ellas mismas. Personajes femeninos que
cuando se ven contra las cuerdas hacen lo que piensan que tienen que hacer,
pensando en las consecuencias, eso sí, resignándose, eso sí, pero sin mirar
atrás porque de ese modo conseguirán cuando menos ser libres. Mujeres valientes
que cuando tienen la ocasión no solo hacen eso que tienen que hacer, sino que ponen contra
las cuerdas a aquel que está obrando equivocadamente diciendo cuatro cosas bien
dichas que hacen reaccionar y dan que pensar. Mujeres también algo entrometidas
y manipuladoras que se creen dueñas y señoras del destino de los demás, algunas
lo hacen con buena intención y se las ingenian para ganar, otras simplemente se
regodean y regocijan de que aquella que ayer idolatraban y secretamente
envidiaban, hoy haya caído en desgracia
Hombres manipuladores
a los que les da lo mismo el prestigio o el honor de las mujeres a las que
utilizan porque solo parece impórtales que su buen nombre o su misión no se vea
comprometida de alguna manera; hombres sencillos, por el contrario, pero un
tanto cobardes para enfrentar sus sentimientos contra los cánones establecidos
de una sociedad a la que, en cierto modo detestan, pero a la que quieren
agradar. Hombres que harían y darían lo que fuera por evitar un escándalo
porque parece ser eso lo único que les importa en la vida y no parecen saber
valorar a lo que renuncian por ello. Hombres que, sin embargo, pueden llegar a
reconocer su error y obrar en consecuencia. Otras veces estos hombres son
simplemente amantes cariñosos y dedicados a sus esposas, aunque a veces éstas
se merezcan algún que otro rapapolvo. Hombres, por otro lado, con una ideología
y unas creencias tan arraigadas que los vuelve implacables en su afán de
conseguir su objetivo sin importar los medios utilizados, un objetivo que quizás
pueda ser justo o no.
Otra cosa que me gusta mucho de esta
autora es que combina a la perfección las escenas un tanto dramáticas con aquellas
con cierto toque picante y no exentas de humor. Esto es algo que valoro mucho a
la hora de leer una historia y, sobre todo, algo importante para mí, es que no
abusa para nada del drama porque siempre he creído que para crear algo bueno no
hay que regodearse en el drama ni en la tragedia sino darnos ese drama en su
justa dosis y medida, según lo pida la historia y sobre todo, como ya he dicho,
sin abusar de él. También me gusta, como buena amante que soy de las novelas de
suspense y misterio, esa parte de la trama de acción, de aventuras, de intriga,
una intriga que nos lleva hasta el culmen final de la historia con un giro de
lo más inesperado… ¿o tal vez no?
En
resumidas cuentas, que si queréis pasar un rato agradable no tenéis mas que
sumergiros en esta historia que, como he dicho al principio, es estricta y escandalosamente
adictiva. Os la recomiendo, de hecho, os recomiendo toda la Saga y ojalá Lady Ana con amor este pronto disponible.
ACERCA DE LA AUTORA:
Lucinda Gray es el sinónimo que utiliza Sonia, una tarifeña de treinta y
dos años afincada en Algeciras. Licenciada en Derecho por la Universidad de
Cádiz, ejerce como abogada y se ha especializado en la rama de derecho
administrativo de Disciplina Urbanística. Trabaja como Asesora Jurídica para un
Ayuntamiento, sin embargo, su gran vocación es escribir historias de amor.
En 2007 se animo a participar en el
Concurso Internacional de Novela Romántica Villa de Seseña con su primera
novela Lady Ana con amor, y en 2008 ganó el Primer Premio de relato por el Día
de la Mujer celebrado por el Grupo Socialista tarifeño. En el año 2009
participó en el Premio Fernando Lara, de Editorial Planeta y en el Concurso de
narrativa de la Junta de Andalucía para jóvenes.
Ha colaborado como jurado en el
Concurso de Cartas de Amor, organizado por el Ayuntamiento de Tarifa en los
años 2007 y 2008, y ha sido jurado del Concurso de Carnaval de dicha ciudad en
la modalidad de comparsas en el año 2007, siendo presidenta del mismo en 2008.
En las navidades de 2011 organizó la
donación de novelas de corte romántico a la biblioteca municipal del Excmo.
Ayuntamiento de Tarifa por parte de escritoras españolas pertenecientes a la
desaparecida ADARDE y en el mes de mayo de 2012 fue la organizadora del Primer
Encuentro de Novela Romántica de Tarifa dedicado a Jane Austen, a los que han
seguido un segundo y un tercero, con excelente acogida entre los lectores y con
la participación de escritoras del género romántico internacionalmente conocidas.
Actualmente sus novelas publicadas
son Lady Ana con amor (2010), Secreto: marido (2011), Dulce Arpía (2012), con
el que ganó el I Certamen literario ciudad de Tarifa, Mi señor de Tafalla
(2012), Sempre Libera (2013), Descubriendo el amor (2013), Inconfesable (2014),
Mándame al infierno pero bésame (2015), comedia romántica seleccionada en el
certamen que Editorial Multiverso organizó en 2014 y que posteriormente se
editó en Zafiro en formato digital, Cor unum. Un solo corazón (2016) y Me lo
dices o me lo cuentas (2017).
Colaboró durante más de un año con
el periódico comarcal la Verdad, escribiendo artículos de opinión. Uno de los
más polémicos fue Ábrete de piernas.
Encontrarás más información sobre la
autora y su obra en lucindagray.blogspot.com/
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