RESEÑA DE "VEINTE DIVORCIOS Y UNA BODA REAL" DE JULIANNE MAY

VEINTE DIVORCIOS Y UNA BODA REAL

 AUTOR: Juliannne May
GÉNERO: Romántico/humor
PUNTO DE VENTA: Amazon


SINOPSIS:

Mel Adams, una exitosa periodista neoyorquina, dedica su vida a escribir sobre moda nupcial en el medio gráfico más consumido en Estados Unidos. Pero su fama no solo se debe a su buena labor, sino al controversial método que utiliza para luego escribir: se casa y se divorcia con solo una diferencia de horas, aunque jamás lo hace por amor. Todos sus efímeros matrimonios son parte de una fría estrategia comercial creada por la directora de la revista, Rachel Adams…, su madre. No obstante, tras constantes denuncias éticas y morales, la revista se ve obligada a reivindicar la maltratada imagen del futuro esposo, por lo que no tardan en concluir que el próximo prometido sea el clásico príncipe azul.
Desesperanzada de hallarlo, Mel asiste a su chequeo médico e, inesperadamente, conoce al doctor Alex Said, con quien el flechazo es instantáneo. Sin embargo, su destino da un vuelco de ciento ochenta grados al involucrarse con el último hombre de la Tierra con el que se casaría: James O'Brian, un barman irlandés.
Mel intentará seguir el plan inicial, pero nada será tan fácil. No solo el adelanto de la boda y la reaparición de sus veinte exesposos le complicarán la existencia, sino también la inesperada lucha que se librará entre su corazón y su razón al conocer, en profundidad, tanto a Alex como a James. Y de allí, la gran pregunta que Mel se hará y esperará resolver: «casarse o no casarse, ¿esa es la cuestión?».


     


MI OPINIÓN PERSONAL:

Después de iniciarse con una serie dramática: La  Última Rosa negra, Más Allá y El Legendario Juicio. Julianne May  vuelve al mundo editorial con Veinte divorcios y una boda real, una fresca y divertidísima historia de amor. 
Tanto el título como la sinopsis de la novela ya nos indican  que la historia está escrita en clave de humor. Julianne May con esta historia cambia drásticamente de estilo, pasando del drama a la comedia, dando con ello un giro tan inesperado como sorprendente en su manera de escribir.
 Al mismo tiempo que me parece estar leyendo a otra autora distinta, voy descubriendo poco a poco el sello de Julianne,  sobre todo hacia el final del libro, cosa que me parece algo tan interesante como acertado,  ya que las autoras no deberían estancarse solo en un género literario, sino que deberían abarcar todos o varios pues  a la vista está que podemos estar perdiendo un talento inestimable, tanto para hacer reír como para hacernos llorar. Ahora, eso sí…, yo reclamo siempre mi final feliz, aunque en este caso y siendo una historia en donde el humor compite con el amor por el protagonismo de la misma, creo que no tendréis ninguna duda de que el final estará a la altura…Y menudo final.

Con Veinte divorcios y una boda real puedo asegurar que el lector no está preparado para reírse tanto y tan a menudo con esas situaciones absurdas, originales, frescas, a la vez tan reales que la autora nos describe.
¿Quién no ha sido pillado alguna vez en una actitud poco ortodoxa?
¿Quién no ha tenido o tiene amigas a las que adoras, pero al mismo tiempo desearías estrangular?
¿Quién no ha suspirado por un pedazo de hombre,  en todos los sentidos de la palabra, mientras intentabas quitarte de encima a los pesados de turno?
¿Quién no se ha pasado alguna vez de la raya al lado de alguien con quien no puedes evitar tener una especie de… competencia?
¿Quién no ha sufrido las consecuencias de esos excesos?
¿Quién no ha sentido unas inmensas ganas de abofetear a alguien nada más verlo, alguien con quien no tienes más remedio que acabar discutiendo, el típico moscardón,  por así decirlo?
¿Quién, alguna vez en su vida, no se ha dedicado a darles peculiares motes o apodos a ciertas partes del cuerpo humano,  clasificándolas por tamaños…, por ejemplo?
¿Quién no se ha casado veinte veces y se ha divorciado otras tantas?... Bueno, esto… En fin…,  las dos últimas cuestiones mejor se lo dejamos en exclusiva para nuestra alocada protagonista y su no menos alocada amiga. A quienes, por supuesto, acompañan unos protagonistas masculinos que… iréis viendo conforme leáis esta magnífica comedia.

Pero os adelanto algo:  los duendes irlandeses no tienen nada que envidiar a los médicos buenorros y sexys que al final resulta que guardan un pequeño secreto que solo, solo descubriréis leyendo la novela… O tal vez podáis preguntárselo a Puzzle, el perro de Mel. Quizás si le dais el juguete adecuado..., pero os advierto que no va a ser fácil encontrar un juguete a la altura de ese perro. Bueno, encontrarlo no es el problema, lo difícil es averiguar con qué le gusta jugar.
También tenéis que descubrir a Willy porque, sinceramente, pienso que es el protagonista absoluto de la historia, alguien que solo voy a mencionar aquí, en este punto y de pasada, porque… ¡cómo os vais a quedar cuando sepáis quien es...!

A esta ecuación, hay que agregar también a un muy, muy pesado compañero  de trabajo que, mira por dónde, al final resulta hasta útil el muchacho…, o eso me parece a mí.
No debemos olvidarnos tampoco de la bruja del cuento, solo superada por otra bruja malvada que saldrá más adelante, porque en esta historia no hay una madrastra, sino dos…  Mención especial requieren la pequeña hada madrina. Ahhh se me olvidaba… que también tenemos hermanastras, no os vayáis a pensar… Bueno, en realidad… solo hay una hermanastra, que a decir verdad a veces vale por dos…pero…
También tenemos aprendices  de  príncipe, que al final resultaron ser un engaño y pasaron de príncipes azules a… ¿sapos? Por supuesto también tenemos al verdadero príncipe azul, ¿o pude que sean dos… o tres? Vale, vale, puede que haya tantos representantes de la realeza como damiselas en peligro…, o puede que alguno más…, quién sabe.
En fin, que tenemos todos los ingredientes primordiales para formar un precioso y divertido cuento de hadas que seguro os va a encantar.
Pero vayamos desgranando poco a poco a estos singulares personajes.
Empecemos por Mel Adams. Mel es una exitosa columnista de la no menos exitosa revista Emotiva, dirigida por su particular madre, en donde ella tiene un espacio destinado a escribir sobre moda nupcial.
El éxito de Mel no está solo en su manera de escribir o de llegar al lector, no, qué va, el éxito de Mel se basa en probar ella misma las tendencias de moda nupcial que en ese momento están o pueden llegar a estar en el mercado. ¿Cómo lo hace? Muy sencillo, casándose para así poder vivir mejor la experiencia, ver qué traje llevar, invitados, banquete…Toda esa parafernalia que rodea a una boda que, desde luego, nada tiene que ver con el amor. Digo que nada tienen que ver con el amor porque está claro que Mel, o más conocida por la «casa divorcios», no está enamorada de ninguno de sus pretendientes… Bueno, puede que de alguno sí lo estuviera, pero debido a esa experiencia ella y su madre pensaron… ¿o fue su madre la que pensó por las dos?
La cuestión es que a Mel poco le duran los maridos, pues solo utiliza a estos hombres para vivir, como digo, la experiencia que toda novia vive en los preparativos para su boda y así poder escribir su columna con un buen conocimiento de causa. Ni que decir tiene que al día siguiente la muchacha se nos divorcia. De este modo, escribe su columna tras la cual se prepara para el próximo pretendiente, que le servirá para escribir la siguiente columna. Es por esta utilización tan…, llamémosla, materialista, que en teoría hace de los novios, que pasan a maridos y luego se convierten en exmaridos ,  que Mel, gracias a su madre, directora a su vez de la revista, se ve envuelta en un buen lío: la gente ha protestado por el papel que se le da a estos novios, futuros exmaridos en cuestión; por tanto, para acallar las protestas en el próximo enlace,  tendrá más protagonismo el novio, el cual se convertirá en príncipe  azul, y… la encargada de elegirlo será, ¿cómo no?, la propia novia. Pero sigamos analizando a nuestra alocada, divertida e ingenua, en ocasiones, protagonista.

Conforme a lo dicho anteriormente sobre el trabajo que Mel realiza, todo parece indicar que es una mujer fría, banal, calculadora, muy poco humana. A la cual solo le interesa medrar en su trabajo para obtener ese éxito profesional que piensa merecer. Bueno, pues nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que bajo esa apariencia fría y banal se esconde una mujer que añora, que ansía, que tiene un sueño… o tenía, puesto que alguien se encargó de matar ese ideal…, o puede que no haya desaparecido del todo, que tan solo esté latente en su interior, esperando su momento.
Mel es alocada, extrovertida, aventurera, fiel; sobre todo muy fiel…Tan fiel es… que le guarda respeto incluso a su cafetera. Es una gran profesional, eso sí, pero sobre todo es una mujer que, debido a una mala experiencia amorosa, ha dejado de creer en el amor, de buscar su propia felicidad; una felicidad que no encuentra en lo que hace, sintiendo un tremendo y enorme vacío en su interior.
      Desde siempre, como cualquier mujer, ha soñado con la boda perfecta, con el hombre perfecto del cual, por supuesto, estar tan enamorada de él como él de ella. No solo ha soñado con la idea del amor que toda mujer siente cuando piensa en los preparativos de su boda, sino que también ha soñado con el amor en sí, con esa ilusión que experimenta una mujer enamorada al preparar lo que será uno de los acontecimientos más felices de su vida.
Pero esta misma vida le puso en su sitio una vez, por lo cual, sencillamente, ha dejado de intentarlo, abandonándose a la vida fácil, no impuesta por ella precisamente, que consta sencillamente de experimentar lo que se siente al preparar una boda, pero sin sentir esa ilusión…, ese amor. Pero   en su interior, en su fuero interno, nunca ha dejado de añorar su gran momento, a su príncipe azul, uno que parece tardar mucho en llegar o que nadie pidió para ella. Parece que a la hora de repartir «Príncipes Azules», ella debía de  estar dormida o pensando en otra cosa… Claro, puede que debido a esto, cuando el príncipe en cuestión aparezca ante ella, no sepa reconocerlo… ¿O tal vez sí?
Por todas las razones dadas anteriormente, está más que claro que Mel no es tan banal, fría o cabeza hueca como ella misma piensa que es, o como la autora nos puede dar a entender al empezar a leer la novela. Muy por el contrario, vamos a ir descubriendo a la verdadera Mel conforme avanza la historia, que se complica mucho   con la intromisión en su vida de dos hombres: un apuesto doctor y un duende irlandés, que contribuyen a crear un original y adictivo triángulo amoroso o, bueno…, quizás no tan amoroso… o quizás sí… En fin… que si queréis averiguarlo no tenéis más que leer el libro.
      Os puedo asegurar que cuando Mel hace su elección, cuando al final  decide ir a por todas…, protagoniza uno de los momentos más divertidos y originales de toda la novela, demostrando con ello su carácter intrépido, su osadía, su desparpajo ante la vida,  pero, sobre todo…, su amor por la persona elegida.                  
Mel no es la típica damisela en peligro a la cual hay que ir a rescatar…, no, señor; ella se defiende solita en un mundo de panteras, al acecho para acabar con su reputación…, éxito… y ¿noviazgo?... No es el típico personaje que va de víctima por la vida, de ninguna manera, Mel Adams es Mel Adams, pero…  puede que en un momento determinado sí necesite que alguien la rescate de un pasado que la acosa de nuevo, amenazando con derribarla, o de un presente que la agobia o… de alguna que otra actitud equivocada. Mel permanece inalterable ante este acoso y derribo que supone su vuelta al pasado o ante ese estresante presente que la subyuga, al menos, en apariencia. La presencia constante en esos momentos de alguien a quien no ve, o no quiere ver, es crucial para superar esas llamémoslas situaciones incómodas.

La cuestión es que no puede haber momento más oportuno para que el duende y el médico se crucen en su camino, pues la revista, o sea, la jefa de la revista, o lo que viene a ser lo mismo: su madre, ha decidido dar un giro a la columna que Mel escribe, dando más protagonismo al futuro marido, el cual tiene que presentarse ante el lector como un príncipe azul de los pies a la cabeza. La elección de marido/príncipe, recae entonces en Mel… No os voy a desvelar a cuál de los dos elegirá, porque sería daros todo hecho y ¡no, señor, no!, tenéis que leer el libro.
 Lo que sí os voy a adelantar es que por circunstancias de la vida, que tampoco voy a desvelar, Mel anuncia ante el mundo que su próxima boda será definitiva porque se casa por amor, y con esto se enredó aún más la cuestión. Digo se enredó porque una característica importante de este libro es que se trata de una comedía de enredo desde el principio hasta el final.

A pesar de su carácter intrépido, alegre, alocado, osado, Mel tiene un defecto: no sabe ver la verdad aunque esta esté delante de sus narices. Está tan desencantada, tan obcecada en su elección, tan desengañada del amor que cuando este llama a su puerta…, ella abre una ventana para escapar… El problema es que la ventana también tiene trampa.

Vamos con nuestro doctorcito guapísimo, sexy,  maravilloso, alguien  que guarda un pequeño y gran secreto, algo que por el momento solo parece haber descubierto Puzzle,  el perro de Mel, a quien nuestro doctor no le cae muy bien…, ¿o sí?… Mel necesita unos análisis cardiovasculares para poder hacer ejercicio en el gimnasio a donde va, puesto que es requisito indispensable para entrenar allí. Cuando va a recoger los resultados y después de un pequeño incidente con alguien, incidente que nos sirve para hacernos una idea de quién es Mel Adams, por cierto, se da de bruces con Alex Said. Entre los dos surge ¿un flechazo? El caso es que el doctor es todo aquello que una mujer busca en un hombre: dulce, atento, amable, caballeroso, cariñoso…, peculiar…
Alex es un hombre que pareciera que no es de este siglo, sino de dos anteriores por lo menos. Mel parece que se ha enamorado ciegamente de él, ¿o no? Además viene con suegra incluida, una suegra que no parece ser tampoco de este siglo, sino de algunos más anteriores todavía a los de su hijo.
También vienen en el pack Erin, una abuela entrañable, amistosa…, una mujer de su tiempo que nos dará una sorpresa, alguien que sabe ver la realidad que está delante de sus narices, siendo capaz de dar el mejor de los consejos, sembrar una duda, hacer que Mel se cuestione las cosas. Una mujer extrovertida, que no parece sentir mucho aprecio por su nuera. Cosa distinta es el padre de Alex, un hombre peculiar, al que tenéis que descubrir para haceros una opinión de él.
Vamos ahora con el duende irlandés, un hombre totalmente distinto al doctorcito. James O’Brian es un barman, dueño del bar donde Mel y su amiga van a… desahogarse. James, queriendo o sin querer, consigue  sacar en Mel al diablo que toda mujer lleva dentro de sí, ya que nada más verlo, nada más conocerlo, a Mel le entran ganas de estrangular, abofetear…, chillar… No solo a nuestro duende, sino a todo el mundo. Además que a su lado, Mel es capaz de hacer las mayores tonterías, locuras que puede que la traigan consecuencias en su vida profesional…, o puede que no.
La manera en la que se conocen no es la más ortodoxa, desde luego. Podemos decir que la culpa la tiene Kate, su muy alocada amiga de la cual hablaré un poco más adelante. ¿Qué más puedo decir de James O’Brian? Bueno, pues poco, porque es el clásico personaje al que me gusta que descubráis vosotras solas para que os hagáis una opinión sobre él sin que yo tenga que influir para nada… Solo diré que es apuesto, tan apuesto quizás como el doctor, solo que Mel puede que no lo sepa o no lo quiera ver… ¿O sí? Tiene un sentido de la vergüenza muy poco desarrollado, unas tradiciones familiares tan peculiares y únicas que en un momento del libro alguien le reconoce por su maldita costumbre de…
James es descarado, ingenioso, atrevido, lanzado, pícaro; sabe lo que quiere y va a por ello sin dudarlo, pero también sabe cómo retirarse a tiempo, pasar el testigo a quien en ese momento le toque mover ficha. También es humano, tan humano como para ser capaz de huir, de mentirse a sí mismo y a los demás cuando la situación se le escapa de las manos. Pero lo más importante de él es que sabe escuchar, sabe apoyar, comprender…, volver loca a Mel una vez, otra, otra y otra…, llevándola a hacer cierto tipo de cosas o actuar de una manera en la cual ella no es capaz de reconocerse.
También es capaz de dar el mejor de los consejos o picar a nuestra protagonista para que haga lo que sencillamente tiene que hacer, dejando de lado quizás esa naturaleza egoísta, ese instinto de supervivencia que todos tenemos dentro, un instinto que nos lleva… tal vez por el mal camino.
      Hablemos ahora de Kate, la mejor amiga de Mel, una amiga fiel que siempre está ahí para ella, apoyándola en todo lo que Mel emprende, en todo lo que Mel desarregla, en sus momentos bajos…, a pesar de que ella también atraviesa esos momentos e incluso puede que sepa tanto o más que ella de desamor, de desengaño… y de rechazo.
      Kate es una mujer que, anímicamente hablando, vive anclada en un pasado que intenta recuperar, aunque sea inconscientemente. Debido a esto es tan incapaz, como Mel, de ver lo que hay a su alrededor, siendo víctima de continuos bajones de moral; una moral que intenta recuperar de una manera muy peculiar. Para todas las mujeres en sus horas bajas, el chocolate y las películas lacrimógenas son la mejor opción, pero no para Kate. Kate, además de estas, tiene otras… vías de escape. Pero, como digo, es una gran amiga que siempre está ahí para lo que Mel quiera o necesite, sea en el momento que sea, aunque a veces den ganas de estrangularla porque está tan loca como ella o incluso más, y llevará en algunos momentos a Mel por la calle de la amargura, o la pondrá en alguna que otra situación… comprometida. 
¿Estará Mel también para ella siempre, o tendrá que recordárselo en un momento determinado alguno de nuestros personajes porque Mel esté ciega incluso para eso?
Vayamos con la madre de Mel, Rachel Adams, directora de la revista de moda en la que Mel trabaja y causa directa de todos los males de nuestra protagonista. Ella no es una madre al uso, cariñosa, atenta, tierna… Ella es una ejecutiva agresiva que en un momento determinado dejó por el camino a la persona, a la madre, para convertirse en una máquina poderosa de hacer dinero, aunque sea a costa de su propia hija.
Es ambiciosa…, sabe imponer su autoridad de una manera rotunda, hasta el punto de que todos sus empleados, Mel incluida, la temen, pero no por eso es objeto de respeto o de admiración, porque eso se gana, no se impone, y Rachel es una mujer acostumbrada a imponer. Nunca ruega, nunca pregunta, solo decide e informa a los demás de sus decisiones. Eso no quiere decir que no tenga sus momentos, en los cuales, y tras demostrada una evidencia, su decisión sea la más justa para todos.
La relación con su hija no es la mejor de las relaciones, pues ambas se muestran tensas, a la que salta; no son, como ya he dicho, una madre y una hija al uso. En presencia la una de la otra, la actitud de ambas es beligerante, como si tuvieran que defenderse de algo o… demostrar algo. En un momento determinado de la historia, alguien aparecerá para hacer sombra a esta bruja del cuento, quien hará frente a este nuevo personaje con todo lo que tiene, algo que le hará convertirse, sin quererlo o sin siquiera darse cuenta, en  otra hada madrina salvadora…, o puede que no… Puede que en un momento determinado, mamá osa haga su aparición para defender a su cachorro… O puede que el cachorro no necesite defensa, o puede que… Nada, nada, a leer el libro si queréis saber cómo termina este personaje.
La otra bruja del cuento es ni más ni menos que la suegra de Mel, o futura suegra para ser más exactos… Si es que Mel llegara a decidirse por Alex Said, claro está, porque eso no se puede saber si una no se coge el libro y empieza a leerlo.
La suegra de Mel es una persona que, desde el principio, la ha prejuzgado sin conocerla, ya que se ha dejado llevar por su fama y por, digamos…, algunas situaciones inoportunas que han sido grabadas y difundidas por todos los medios de comunicación, causa de que Mel se haya ganado una reputación inmerecida y motivo por el   que a esta mujer Mel no le guste para su hijo.

Vamos con otra bruja oficial del cuento…, o mejor dicho, la hermanastra. Hablo ni más ni menos que de Sophie, la Jefe de Relaciones Públicas de la revista, una mujer controvertida que no desaprovecha ocasión para poner la zancadilla a nuestras amigas, sobre todo a Kate, quien no la puede ni ver debido a un pasado que ambas comparten. Oportunista, mentirosa, egoísta, aprovechada, mal intencionada, traicionera… Alguien que, desde luego, tiene que acabar todo lo mal que la historia pide, pero no seré yo quien os desvele su final porque eso sería una gran faena. Lo mejor es que corráis a compraros el libro cuanto antes.
Debemos hablar también de Ralph, un chico que pasa de pesado persiguiendo un imposible, a una persona eficiente y útil, alguien con quien, tanto Mel como Kate, pueden contar sin problema ninguno. Ralph se nos presenta al principio como uno de esos moscardones a quien la protagonista se tiene que quitar a manotazos. El problema es que con Ralph no puede hacer eso, puesto que trabaja codo a codo con él. Como digo, Ralph pasará en un momento determinado a cumplir un papel en la historia, diferente a como se nos presenta en un principio.
Connie es la organizadora de bodas, además de una gran amiga de Kate y Mel, de las mejores, cosa que demuestra en un momento dado de la historia. Es una mujer que espera su oportunidad, sin atreverse a hablar ni a dar la cara, por amistad y fidelidad; alguien a quien apreciaremos desde el principio, a quien desearemos un bonito final feliz. Alguien, todo hay que decirlo, tan alocada  como sus dos amigas.
Vamos con un personaje que de tener poco o ningún peso en la historia, pasa a tener una relativa importancia en cuanto que puede llegar a ser algo así como una especie de relevo, de salvador. Alguien que espera en la sombra, al acecho, su oportunidad; alguien digno de tener en cuenta… Otro posible príncipe azul.
El bar de James tiene un karaoke del cual hacen uso nuestras amigas en momentos muy concretos de bajón, protagonizando con ellos momentos muy divertidos. Alguien tiene que encargarse de él, ¿o no? Pues ese encargado es, ni más ni menos, que Francis, un personaje que se ha fijado un objetivo concreto, difícil sí, pero no imposible. Es así como, poco a poco, va encajando este personaje en la historia, despacio, sin que apenas nos demos cuenta, llegando a tener su importancia y peso determinado hacia el final de la misma.
Por último, hay que hacer especial mención al ex de Kate, Martin, un hombre cobarde, egoísta y traicionero, que en un momento dado puede que tenga exactamente lo que se merece… ¿O puede que tal vez no? Kate y él comparten un pasado que a ella le cuesta dejar atrás, y a él… quizás le pase lo mismo… O puede que no. El tema es que fue Martin quien eligió su destino… ¿Podrá recuperar lo que perdió?, ¿merecerá acaso recuperarlo?
Lo mismo podemos decir de Rick, el rockero de la historia, aquel que dejó pasar algo en su vida; aquel que iba de divo por la misma, sin pensar, sin pararse a analizar lo ético de su comportamiento en un momento determinado. Este hombre perdió algo por el camino, algo que quizás ahora busque recuperar. ¿Será demasiado tarde para él?, ¿le importará algo acaso si lo recupera o no, o solamente querrá aprovechar la oportunidad en su beneficio? Solo decir que forma parte de esa lista de veinte exmaridos que la madre de Mel se ha empeñado en reunir, para que lo que se supone será… la boda definitiva, el evento por antonomasia, el acontecimiento social de la temporada. La peor pesadilla para Mel.
Hay otros personajes que requieren mención, como John, que es el dueño de otro bar en Miami, a donde van a celebrar la despedida de solteros.  Ofelia, que aparece en la historia con más o menos peso para cumplir su papel, alguien que nos intrigará lo suficiente, incluso podemos llegar a odiarla un poquito, pero en el fondo siempre sabremos que detrás de ella hay algo más de lo que se muestra.
 Mencionar de pasada a la abuela de Mel, que protagoniza un momento kafkiano en la historia, extraño; un momento que, a su vez, marca un antes y un después en la vida de nuestra protagonista.
También podríamos mencionar a Carlo Montieri, uno de los exmaridos de Mel, con quien esta guarda una peculiar relación; o a Lindsay, camarera del bar de James y capaz de preparar unos cócteles explosivos mientras te va poniendo al día de todo lo que te interesa…, o quizás de lo que no, también. Un personaje primordial en un momento determinado, alguien encargado de aclarar un mal entendido o una mala situación.
Florence, el estilista y maquillador de la revista, otro buen amigo de nuestra protagonista; o Sisifo como llama Mel a su psicólogo, con quien intenta quitarse más de un trauma pesado y no es para menos, con todas las situaciones increíbles por las que pasa.
Erin, la abuela de Alex, esa persona maravillosa de la que he hablado antes y, ¿cómo no?, Puzzle, el perro de Mel, un animal con unos gustos muy peculiares.
Realmente me lo he pasado fenomenal leyendo esta sencilla y bonita historia de amor, la recomiendo encarecidamente, sobre todo si vuestra intención es evadiros de los problemas del día a día, relajaros,  pasar un rato muy agradable y distendido. Lo mejor para las depresiones…, os lo aseguro.


Todas las piezas están sobre el tablero de juego,   la suerte está echada, la quiniela se inicia, las apuestas se abren… ¿Por cuál de los dos, James o Alex, se decidirá Mel al final?  ¿O no se decidirá por ninguno?
¿Se casará con su príncipe azul, no lo hará?
¿Qué pasará con Kate, tendrá ella también su final feliz?
Si queréis hallar la respuesta a todos estos interrogantes no tenéis más que leer esta divertida, original y fresca comedia de enredo.

SOBRE LA AUTORA:
Julianne May vive en Buenos Aires y es autora de tres  novelas más, “El Legendario juicio, el oscuro origen de la leyenda “La Ultima Rosa Negra” y “Más allá”, secuela de estas últimas. Tres  historias que no podéis dejar de leer.



4 comentarios:

  1. ¡Ay! ¡Qué felicidad leer esta reseña! ¡Millones de gracias, María!

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    1. Gracias a ti por hacerme pasar un rato tan agradable, divertido e incrible

      Muchos besos

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  2. ¡Pedazo de reseña! No he leído el libro, pero, tal como lo describes, habrá que hacerlo.Además, conociendo a la autora de sus novelas anteriores, esta será igual de fantástica. Besos.

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    1. Jaja M Luisa no te imaginas lo divertido y fresco que es el libro, yo me lo pasé fenomenal leyendo.

      Saluditos

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